Calvià echa el cierre a la temporada turística de la recuperación. Tras dos veranos muy irregulares a causa del coronavirus, el de 2022 ha servido para devolver la sonrisa a hoteles y oferta asociada, que han visto cómo en algunos casos se mejoraban incluso las cifras del histórico 2019. Es lo que ha ocurrido en Peguera, donde julio y agosto rozó el lleno total con precios más elevados que antes del paso de la COVID. De esta forma, la mayoría de la planta hotelera de la zona se ha acercado a los niveles de rentabilidad previos a la pandemia, a pesar de una inflación galopante que no se ha repercutido íntegramente al cliente.
El presidente de los hoteleros de Peguera y Cala Fornells, Toni Mayol, celebra esos meses especialmente boyantes, que según él sirvieron además para compensar un inicio complicado de temporada –febrero y marzo todavía mantenían restricciones a los viajes– y un final que, pese a coincidir como siempre con la prueba deportiva de la Challenge, no ha dado los resultados de otros años. Con todo, la ocupación en Peguera este último mes habrá alcanzado un más que digno 75 %, y ello a pesar de que hasta esta misma semana permanecía abierta la práctica totalidad de la planta hotelera. Solo ahora han empezado a cerrar la mayoría de establecimientos, hasta que a finales de mes apenas media docena continúen operativos, enlazando ya con la próxima temporada turística.
Registros similares a los de Peguera los encontramos también en los hoteles de Santa Ponça, donde siete de cada diez habitaciones habrán estado ocupadas durante el mes de octubre. Allí, casi una decena de hoteles estirarán hasta entrado noviembre, pero prácticamente ninguno permanecerá abierto en invierno. Y ello a pesar de que algunos, como el Pirates Village, lo ha intentado, pero explica su propietario, Christian Roses, que la caída de reservas resultaba «demasiado pronunciada» para mantener en marcha la costosa operativa. Cierran por tanto la mayoría de hoteles de Calvià, a pesar de que son muchos los que parecen vivir este año en un eterno verano.
Es el caso del Mar Senses Rosa del Mar que, desde Palmanova, puede presumir de un 93 % de ocupación durante estas semanas. Las vacaciones escolares en Inglaterra e Irlanda y el buen tiempo que nos acompaña son según su director, José Luis Esteban, los dos motivos que en mayor medida han permitido alcanzar unos registros de récord a estas alturas del calendario. Esteban sí lamenta, como todo el sector, los problemas de personal que se han arrastrado durante la temporada, con empleados «carentes de profesionalidad y de implicación», aunque agradece el sobreesfuerzo realizado por sus compañeros para cubrir esas carencias y completar un 2022 que, a su parecer, habrá dejado «buen sabor de boca» entre los turistas.
Punto de vista
Hasta cuando
Maria NadalRecuerdan la famosa ‘desestacionalización’ que defendían los políticos hace unos años? Parece que ya ha llegado. Estamos a finales de octubre y las zonas turísticas aún están repletas de turistas y las carreteras llenas de coches de alquiler. Si no se pone freno a este crecimiento de visitantes, Mallorca va camino a convertirse en un parque temático. Si es que no lo es ya.