Los ayuntamientos de Selva y Escorca han instado de forma conjunta al Govern a sufragar la adquisición de la finca es Guix para frenar su degradación, pues la propiedad está en concurso de acreedores y los terrenos y sus construcciones llevan años en estado de abandono. El alcalde de Selva, Joan Rotger y el de Escorca, Antoni Solivellas, ambos del Partido Popular, quieren que el Govern adquiera la finca con los fondos del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS), aprovechando que «el proyecto cumple todos los requisitos fijados en la convocatoria del ITS y además el administrador concursal nos ha confirmado que aceptaría esta transacción por 1.028.000 euros», apuntan.
Ambos ayuntamientos ya presentaron esta idea en la convocatoria de proyectos subvencionables con el impuesto turístico en 2019 pero la iniciativa no prosperó. Uno de los objetivos principales que marcan ambos alcaldes es la recuperación de una de las rutas senderistas más conocidas y transitadas de Mallorca, el Camí Vell de Lluc, que atraviesa distintas fincas desde la Comuna de Caimari hasta su llegada al Santuario de Lluc. «El tramo del Camí Vell de Lluc que pasa por dentro de es Guix tiene los bancales derruidos en muchos puntos, con desniveles peligrosos» apunta Rotger. Precisamente el Ajuntament de Selva ha rehabilitado el camino y varias marjades de esta ruta senderista a su paso por el interior de la Comuna. Es Guix tiene una extensión de 122 hectáreas: 67,2 en el término municipal de Escorca y 55 en el de Selva. Linda con sa Comuna de Caimari, ses Figueroles y Son Amer, que a su vez colinda con Binifaldó y ésta con Menut, todas ellas fincas públicas.
Tras décadas sin actividad agrícola, la maleza se ha extendido por lo que antaño fueron productivos olivares. También hay una construcción sin terminar abandonada. «En el lugar que ocuparon las cases de possessió de es Guix, que se demolieron y se levantó este buc para hacer un agroturismo; tenía los permisos, pero la empresa propietaria quebró y lo abandonó, ahora allí se acampa y hacen fuego, lo cual crea un serio peligro de incendio», apunta Solivellas. Ambos recuerdan que la Serra de Tramuntana es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.