Artà se convirtió este domingo en un gran escaparate comercial al aire libre. El municipio abrió las puertas, de par en par, a la artesanía y al producto local y ecológico, en la tradicional Fira de septiembre. La agricultura también tuvo un papel protagonista, al igual que las entidades ciudadanas, que mostraron las diferentes actividades deportivas o culturales que se llevan a cabo en el municipio.
El Ajuntament organizó la feria en diferentes zonas. En la Plaça del Pes dels Porcs se concentró el sector agrícola con la exposición de animales que, como siempre, captaron la atención de los más pequeños.
Una gran variedad de productos como juguetes, ropa, plantas o comida se instaló a lo largo de la Gran Via y la calle Ciutat. Los visitantes que se acercaron hasta la Plaça del Conqueridor disfrutaron del producto local.