A pesar de todos los intentos del Ajuntament de Deià para evitar las aglomeraciones en el mirador de Son Marroig, y de las repetidas denuncias realizadas desde el Consistorio, durante este verano se han seguido produciendo a diario en la zona grandes aglomeraciones de coches y de personas. El objetivo no es otro que poder contemplar desde esta privilegiada atalaya la puesta de sol sobre sa Foradada en un ambiente de fiesta chillout, con el resultado de retenciones y colas en la carretera de la Serra de Tramuntana y las consiguientes molestias para los usuarios que realizan desplazamientos normales por la ruta costera.
Ya hace unos años que ir a ver la puesta de sol desde el mirador de sa Foradada se puso de moda. La mayoría de portales turísticos lo recomiendan y, a juzgar por los comentarios que se pueden leer, por ejemplo, en Tripadvisor o en Turismofácil, los mismos usuarios lamentan la masificación de la zona. Esta misma semana se ha podido comprobar que la gran cantidad de coches se convertía en un auténtico problema de seguridad en este tramo de la MA-10. En los accesos, un auténtico caos: coches que no podían salir, mientras que otros intentaban entrar sin éxito. Desde el Ajuntament de Deià se ha solicitado repetidamente a la Delegación del Gobierno que la Guardia Civil de Tráfico ponga orden en la zona, al menos en lo que se refiere a la carretera. Se trata de un problema más derivado de la masificación de la Serra de Tramuntana denunciada por grupos conservacionistas, asociaciones de vecinos y algunos ayuntamientos, como el de Deià.
Cierre
En verano de 2020, en plena pandemia, el Ajuntament tuvo que intervenir para evitar las aglomeraciones en este punto. En aquel momento, la situación era todavía más grave, ya que se trataba de un riego sanitario al incumplir la mayoría de asistentes las normas de seguridad. De mutuo acuerdo con la propiedad de Son Marroig, el Ajuntament de Deià prohibió en acceso a la zona entre las 18.30 y las 21.30 horas todos los días de la semana. Actualmente, no existe ningún tipo de limitación y el consistorio no tiene capacidad ni competencia para poder actuar.
El alcalde de Deià, Lluís Apesteguia, aseguró hace unos días, durante la rueda de prensa realizada con Tramuntana XXI para denunciar el caos circulatorio, que «la situación que se vive en zonas como el mirador de sa Foradada es dantesca y si nadie le pone solución, algún día habrá una desgracia». Días atrás, un grupo de vecinos de otro punto caliente de la MA-10, en este caso del vecino municipio de Sóller, denunciaban aglomeraciones del mismo tipo en el mirador de ses Barques, al parecer vinculadas a las peligrosas ‘subidas' con coches y motos por la carretera del Puig Major.
Punto de vista
Sigan para bingo
Maria NadalLa isla de la calma ha dado paso a la ‘isla de las aglomeraciones’ para desespero de los mallorquines. Moverse por las carreteras o por los pueblos es una misión imposible y ayer este periódico publicaba que septiembre será más de lo mismo en cuanto a turistas. La temporada se alarga y los políticos siguen diciendo que trabajan en la promoción de las Balears en invierno. Pongan freno, por favor.