La Dirección General de Agricultura del Govern valorará la instalación de sensores de salinidad en una de las estaciones de bombeo del Port para descartar que el exceso de sal que se ha detectado en las aguas residuales que llegan a la estación depuradora (EDAR) de Son Puça tengan su origen en una intrusión marina hacia la red que lleva el agua hasta la instalación de tratamiento. Conselleria y Ajuntament quieren saber si el origen del exceso de sal es este o bien llega a la EDAR a través del alcantarillado.
El pasado mes de febrero, el Ajuntament encargó una analítica del agua de la depuradora destinada a riego, para garantizar su uso a los regantes y se detectaron elevados niveles de salinidad. Los regantes dejaron de utilizar el agua por este problema, que se añade a la recurrencia de episodios de contaminación biológica.
Según el concejal de Agricultura, Sebastià Aguiló, se instalarían varios sensores en el Port para ver donde está el problema. Se ha barajado que la sal también pueda proceder de agua de piscinas que va al desagüe o de posibles tomas de agua marina que al parecer se han venido utilizando en el puerto para diversos usos.