Muebles destrozados, quemados, tuberías reventadas, el cableado de la instalación eléctrica arrancado, basura en cada habitación y pasillo, paredes repletas de grafitis, baños anegados de porquería, excrementos de perro y ser humano en los lugares más insospechados y un hedor que dificulta la respiración en algunas dependencias.
Arrasada. Así han dejado los okupas la villa veraniega de la familia de los marqueses del Palmer en la Colònia de Sant Jordi antes de ser desahuciados por orden judicial. Tal y como pudo comprobar este viernes in situ Ultima Hora, el interior del chalet es desolador. Ni un solo metro cuadrado se salva de la barbarie y la destrucción.
En la mayoría de las estancias provocada adrede para que los legítimos propietarios se encontraran con un escenario desolador, fruto de una okupación ya denunciada por este diario el pasado 27 de marzo. Ahora, los dueños del inmueble no sólo deberán invertir una importante suma de dinero en limpiar y rehabilitar el interior de la villa, sino que también –a instancias de los agentes de la Guardia Civil personados en el lugar– deberán contratar un servicio de seguridad privada para evitar que los okupas vuelva a allanar la casa.