Con la sostenibilidad medioambiental y la protección del territorio como ejes de actuación, el Ajuntament de Calvià presentó este jueves la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que debe marcar la política urbanística del municipio durante los próximos veinte años. El PGOU, que tomará el relevo del que fue aprobado en 2020, iniciará su largo recorrido burocrático en el próximo pleno municipal para acabar en sede del Consell quizás ya en la próxima legislatura, algo que podría desbaratar los planes del actual equipo de gobierno si se diera un cambio de color político tras el paso por las urnas.
«Cuando llegue al Consell, una vez aprobado en Calvià sería muy difícil tumbarlo», señalaba este jueves el teniente de alcalde Marc López (PSOE), quien recuerda que «todas las actuaciones» previstas en el Plan han sido además objeto de un estudio jurídico previo. Así, el primer gran hito del futuro PGOU supone la desclasificación de 1.209.267 m2 de suelos urbanos y urbanizables, que pasarán a ser clasificados como suelo rústico protegido. De esta forma, el 83,65 por ciento del territorio municipal será Suelo Rústico, y de éste, el 98,65 quedará protegido.
Las previsiones pasan por la expropiación de terrenos por valor de 22 millones de euros, algo que entienden desde el Consistorio como razonable, habida cuenta del «largo recorrido» que tiene la ejecución de PGOU. Entre las expropiaciones, seguramente la más destacada es la del Fortí de Illetes, que se plantea como un futuro parque público, rehabilitando la zona edificada como centro de interpretación de Memoria Democrática. Se responde así, dice el regidor Rafel Sedano, a las reclamaciones que desde hace años plantean vecinos de la zona y entidades memorialistas Recuperar una zona de la Marina de Magaluf, convertir el de Galatzó en un barrio de emisiones cero o habilitar varios viales peatonales son otras acciones previstas por un Plan que dibuja.