Como estaba previsto, la piscina del Mar y Paz y su chiringuito ya son historia. Las excavadoras fueron llenando durante el miércoles los 500 metros cúbicos del vaso de la mítica piscina del hotel de Can Picafort con los propios escombros de la demolición de los muretes por donde habían entrado las máquinas, y con capas de áridos. Desde el paseo peatonal algunos picaforters de toda la vida contemplaban la escena con una mezcla de asombro y nostalgia. Pese a que el final de la piscina del Mar y Paz estaba anunciado, muchos creían que este día no llegaría aún.
Como Pere Joan Estelrich, que recuerda que el mar llegaba hasta la misma orilla del paseo. La vio construir cuando era niño, del mismo modo que este miércoles contemplaba su destrucción. «Me da pena, recuerdo que el mar llegaba hasta este mismo paseo y lo rellenaron con rocas para construir la piscina; también he nadado en ella, como casi todos los vecinos».
A su lado, más joven pero igualmente afectado, Miquel Font contemplaba el ir y venir de la excavadora. También es picaforter y recuerda que «aprendí a nadar en esta piscina, era la única piscina del pueblo y le daba mucho ambiente». Font, que regenta un restaurante familiar con 49 años de historia, casi tantos como la piscina del Mar y Paz que tiene 52, lamenta que «mucha gente va a dejar de venir a Can Picafort, venían de toda Mallorca al Mar y Paz y luego se quedaban a comer o a cenar en otros locales; ahora se irán a otros lugares donde haya un beach club». Tras el relleno del vaso, la piscina y su entorno serán cubiertos con una capa de hormigón provisional, hasta que después del verano el Ajuntament de Santa Margalida licite las obras de la nueva plaza.