El impacto visual de las casetas que PortsIB está construyendo en la primera línea de mar ha desatado una fuerte polémica entre algunos comerciantes y residentes del Moll. Se destinarán a la venta de tíquets de empresas de náutica charter y de aquellas que ofrecen actividades como el esquí náutico. El proyecto no precisa de licencia municipal aunque tiene el visto bueno del Ajuntament de Pollença. El alcalde Tomeu Cifre (Tots) dice que «responde al aumento de la actividad náutica de charter y al problema que nos ha generado que Costas haya denegado la autorización temporal para realizar algunas actividades como el esquí en la playa».
Recuerda que «en 2005 Ports ya quiso construir un gran edificio allí y conseguimos pararlo. Entonces solo se hicieron dos casetas, pero de forma progresiva Ports añadió más casetas de madera que acabaron por ocupar todo el espacio». «Estas casetas de madera se habían deteriorado dando una imagen lamentable», añade.
La gerente de PortsIB, Cristina Barahona, se expresó este martes en el mismo sentido. «Llegó a haber nueve casetas y ahora habrá seis. Cada una acogerá a dos empresas. Los acabados serán uniformes y se asemejarán a la oficina de información turística», dice. Sobre las casetas (que se han separado entre sí para «ganar permeabilidad visual») se reinstalará la antigua pérgola de madera. Entre los detractores de las nuevas casetas está el exalcalde y portavoz de Junts, Miquel À. March que recuerda que «la Llei de Urbanisme vigente impide que se instalen elementos que desfiguren la perspectiva y limiten el campo visual de zonas marítimas».