El retraso en la regularización y actualización de un convenio entre el Bisbat de Mallorca y el Ajuntament de Binissalem para el uso del teatro puede conllevar el cierre del edificio si el Consistorio no responde a los diversos llamamientos que la diócesis ha realizado en el último año y medio. El edificio es propiedad de la Iglesia, pero a través del convenio funciona como teatro municipal y centro parroquial. La Ley 40/2015 de 1 de octubre, sobre el Régimen Jurídico del Sector Público fija una serie de puntos en los convenios que ahora no se cumplen en el actual documento, ya caducado, entre ambas instituciones. Por ello, los servicios jurídicos del Bisbat han confeccionado varias propuestas para regularizar la situación y no han hallado respuesta por parte del Ajuntament. A raíz de esta ley, el convenio debe actualizarse y se incluirá una cesión en régimen de alquiler que, según fuentes municipales, ronda los 1.000 euros mensuales.
Plazos
Desde el Bisbat han manifestado la firme voluntad de que el teatro siga siendo un bien de carácter municipal, pero si no se firma un nuevo contrato conforme a la ley con el Ajuntament antes del 31 de diciembre se verá obligado a reclamar las llaves y el teatro municipal cerrará sus puertas. La «crítica situación de nuestro teatro» ha sido denunciada por los socialistas de Binissalem a través de su portavoz, Pepa Ramis. El PSIB binissalemer considera que «se ha llegado a este punto por la total dejadez del alcalde, Víctor Martí (UxB), que ha demostrado una vez más que las asociaciones y entidades no son una prioridad para él, igual que el sector cultural».
Ramis recuerda que «además de los numerosos actos que se llevan a cabo durante el año, el teatro es la sede de toda la actividad teatral formativa que lleva a cabo desde hace muchos años la compañía local Xamo Xamo». Por su parte, el alcalde Víctor Martí sostiene que «hemos realizado conversaciones con los responsables» y destaca «el buen ambiente de entendimiento».
En el año 2015 el teatro fue objeto de una reforma por valor de 26.000 euros que el Ajuntament de Binissalem pagó a través del remanente de tesorería de 2014. El proyecto consistió en la eliminación de barreras arquitectónicas para facilitar la accesibilidad a personas con movilidad reducida. También se eliminaron dos filas de butacas, dividiendo la platea en dos partes y dando entrada a las butacas por cuatro costados, lo que implicó la reducción del aforo que quedó en 222 plazas. Se sustituyeron las bombillas de la sala por iluminación de tecnología LED.