A los pies de la Torre Major de Alcúdia aguarda desde este viernes una nueva encina bajo cuyas raíces está enterrada una cápsula del tiempo que pretende ser un símbolo de arraigo a la tierra en sustitución de las ‘primeras piedras' que han marcado durante años el inicio de las obras de construcción de infraestructuras públicas megalómanas.
Alcúdia Tech Mar, es la gran apuesta de Alcúdia (pero también del Govern, el Consell, el Gobierno central y los alcaldes del Nord de Mallorca) por transformar el modelo productivo actual buscando el reequilibrio territorial a través de la economía verde y la economía azul. Su idea es que la vieja central eléctrica de Alcanada –que en los 80 fue el eje central de transformación del modelo productivo– vuelva a dar hoy el impulso socioeconómico y ambiental que convierta la Isla en centro mundial de descarbonización del mar.
Cabe recordar que el Govern ha seleccionado Alcúdia Tech Mar como uno de los proyectos estratégicos a desarrollar antes de 2030. El Ajuntament aspira a recibir fondos europeos. La inversión supera los 100 millones de euros.
Este viernes el conseller de Fons Europeus, Miquel Company, la consellera insular de Territori, Maria Antònia Garcies; el presidente de la FELIB, Toni Salas y varios alcaldes y regidores del Nord fueron hasta la Torre Major para firmar el documento de apoyo.
Dos son las principales dificultades que deberá superar Alcúdia Tech Mar para convertirse en una realidad. De una parte la financiación, de otra, la rebaja del nivel de protección de la vieja central. No solo está protegida en el catálogo municipal sino que el departamento insular de Patrimoni lleva cinco años analizando si merece una protección mayor.
Este no es el primer plan de reconversión que se anuncia en la zona. Ya en 2007 el Consell convocó un concurso de ideas para reconvertir la central en el Museu de les Arts i les Ciencies de Mallorca pero el proyecto no se llegó a ejecutar por falta de financiación.
«Es un proyecto único para un cambio de modelo que va más allá de Alcúdia y que cumple todos los objetivos y metas para el desarrollo sostenible que impulsa Europa. Confiamos en encontrar con Patrimoni una solución que permita dar un nuevo uso al edificio porque si no morirá, por muy catalogado que esté», dijo ayer la alcaldesa Rebassa.