El último gran vestigio franquista del Llevant ya es historia. Solo fueron necesarios cinco minutos para derribar la gran cruz de los caídos, ubicada frente al edificio de la tercera edad, en la calle Joana Roca. El Ajuntament de Son Servera cumplió, de esa manera, la ley de Memoria Histórica que obliga a eliminar todos los símbolos, distinciones o menciones franquistas. Y lo hizo, por sorpresa, a las 16.00 horas, sin convocatoria pública y ante la expectación de los vecinos que desconocían que, ayer, se llevaría a cabo esta actuación.
Una grúa de grandes dimensiones derribó el monolito en pocos minutos ante algunas personas que, al conocer la noticia, se acercaron a inmortalizar y aplaudir el momento. Posteriormente, desde la empresa adjudicataria se retiraron los residuos.
El Ajuntament en alguna ocasión se planteó la posibilidad de desmontar a piezas el monumento para instalarlo en otro espacio pero al final no se le ha dado otro destino sino que ha quedado reducido a escombros.
Han tenido que pasar casi diez años para que la retirada de la cruz fuera una realidad. Ya en 2013 el entonces alcalde socialista, Josep Barrientos, ya proyectaba su derribo.
Esta actuación está enmarcada en un proyecto global de mejora de las infraestructuras urbanas y de embellecimiento de la plaza de la tercera edad.
El 21 de enero de 2021 salió a exposición pública el proyecto y no hubo alegaciones. La retirada de la cruz se ha aprovechado para hacer una remodelación integral y una mejora de los accesos ya que se lleva a cabo la eliminación de barreras arquitectónicas. El objetivo final, en palabras del Ajuntament, es una pacificación del centro mejorando las condiciones de acceso de visitantes y turistas.
Acuerdo
La alcaldesa, Natalia Troya, explicó que «se ha aprovechado la subvención del Consell de 270.000 euros para llevar a cabo el proyecto de remodelación de esta plaza donde estaba la cruz. La actuación en total está presupuestada en 385.000 euros».
Troya destacó que «con estas obras damos cumplimiento a la ley y además mejoramos las infraestructuras. Todos los partidos del pacto daban apoyo a este proyecto».
La plaza se convertirá en un espacio diáfano, se adecuará la zona de juegos de petanca, se conectarán las plantas del edificio con un ascensor. Estas intervenciones, por su proximidad con el casco antiguo, facilitarán itinerarios agradables para los peatones.
La demolición pilló ayer a muchos por sorpresa y los comentarios en redes no se hicieron esperar con alguna que otra voz en desacuerdo.