La estatua dedicada a la beata Sor Francinaina Cirer abandonó este jueves el pedestal que ocupa desde hace 66 años en la Plaça de la Vila de Sencelles. A las ocho de la mañana los operarios procedieron a su traslado, con la ayuda de una grúa y sumo cuidado para no dañar el monumento que el pueblo sufragó por suscripción popular y que erigió en homenaje a su beata en 1955, con motivo del centenario de su muerte.
La escultura de Sor Francinaina Cirer, obra del escultor Jaume Mir, fue trasladada desde su ubicación original en la escalinata de acceso a la iglesia, hacia una pequeña terraza lateral. Allí permanecerá unas semanas, mientras se construye una rampa entre los escalones para dar acceso universal al templo. Posteriormente, tanto la escultura como el pedestal que forman el monumento de la Beata volverán prácticamente a su ubicación original, desplazada muy levemente para poder encajar la rampa.
Como recuerda el cronista local, Jordi Llabrés, el monumento a la Beata, con escultura de Jaume Mir y proyecto de la escalinata y rellano de José Oleza, fue la principal actuación realizada en Sencelles con motivo del centenario de la muerte de Sor Francinaina Cirer. «El 27 de febrero de 1955 fue colocada la primera piedra, y fue bendecido el 15 de agosto, en presencia de las autoridades militares, civiles y religiosas de la época, y una amplia representación de las monjas de la Caridad; ambos fueron actos multitudinarios, con todo el pueblo presente y gente llegada de toda la Isla», apunta Llabrés, en base a las crónicas de aquel año.
Reforma integral
El traslado provisional del monumento se debe al inicio de las obras de reforma integral de la plaza. El proyecto, realizado por los arquitectos Moneo Brock, fue escogido por los vecinos mediante un proceso participativo y dará un giro radical a este espacio público. Entre otros cambios, se suprimen las plazas de aparcamiento y se dotará de zonas verdes, bancos y pérgolas, además de eliminar las barreras arquitectónicas. Está previsto que esté listo en febrero.