La tímida lluvia, protagonista hasta las 11 de la mañana, no bastó para impedir o empañar la celebración de una esperada feria en Artà que no tenía lugar desde el año 2018.
«Con ganas, pero con respeto». Así definía este domingo una vecina de Artà la celebración de la Fira. Ganas, ya que desde el 2018 no se había podido celebrar la muestra. En 2019 el mal tiempo y el año pasado la pandemia habían impedido a los artanencs tener feria. Y respeto debido a la situación sanitaria. Por ello la inmensa mayoría de los visitantes cumplieron con la normativa de llevar la mascarilla.
Otro de los comentarios que se oyeron en la muestra fue el de «parece una fira de antaño». Y es que desde el Ayuntamiento se dio prioridad a los productos y productores locales.
Para una mejor organización y dar mayor espacio al recinto ferial se crearon cinco áreas diferentes. Un espacio comercial, otro para las entidades ciudadanas, uno de ludoteca, el área Agility, y, finalmente, el espacio agrícola y artesanal con la almendra y sus productos como protagonista.
Tras amainar la llovizna, pocos minutos antes de las once de la mañana, la batucada apareció en la plaza del Conqueridor. Ello sirvió de reclamo para la gente que se había refugiado en bares o que aún no había salido de su casa. En pocos minutos la plaza se empezó a llenar. Y pudieron disfrutar, hasta bien pasado el mediodía de la esperada feria.
La calle de Santa Margalida y la Gran Via de la Constitució agrupaban el área más comercial con las parades de juguetes, ropa, complementos o plantas.
En el tramo de la calle Ciutat, junto a na Batlessa, se agruparon las entidades y asociaciones locales. Entre ellas cabe destacar la parada de la revista Bellpuig, que mostró el nuevo diseño.
En la plaza Conqueridor había espacio para los productos más artesanales y locales. Destacando los productos con almendras, ya que se eligió este fruto para visibilizar sus características ahora, precisamente, que ha finalizado la campaña de recogida de este año.
En la noche del sábado el ambiente ferial también fue muy importante. En el teatro municipal, el grupo Esclafits i Castanyetes celebró, de manera más restringida, la habitual vetlada.