La ampliación de las restricciones al tráfico en toda la carretera de Formentor entre el 15 de junio y el 15 de septiembre de 10 a 19 horas no ha conseguido acabar con la masificación y el caos en la carretera sin salida de la Serra de Tramuntana.
Los vecinos de la urbanización Formentor denuncian los problemas para acceder a sus viviendas y reclaman a la administración que estudie la posibilidad de impedir totalmente la circulación de vehículos no autorizados también entre el Moll y la playa, donde los tickets de aparcamiento o consumición sirven para justificar el acceso en los tres días posteriores a la excursión.
«Hay problemas todo el día aunque a partir de las 19 horas ya es un caos absoluto y los vecinos ya no pueden llegar a sus casas. El otro día hubo una emergencia y la ambulancia tardó una hora en llegar». El abogado Joan Nadal resume así el sentir de los vecinos de la urbanización.
«Tráfico, hace los trámites rápidamente pero el problema es que la carretera está atascada continuamente», afirma. Los vecinos denuncian que desde que se implantaron las restricciones para proteger esta zona sensible y emblemática ha habido «un efecto llamada» que ha provocado que «en la playa haya más gente que nunca, más que en 2017 y eso no es normal».
Maria Buades, regidora de Platges explica que esta temporada «Formentor ha cerrado 6 veces por aforo máximo. Ha estado con afluencia alta en muchas más ocasiones pero no ha habido necesidad de llegar a cierre».
El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre Ochogavía, comparte la opinión vecinal del «efecto llamada» que se ha generado con las restricciones. «Hace dos fines de semana el informador que hay en la playa me dijo a las 11.30 que ya habían salido 45 vehículos de la carretera del faro fuera del horario restringido. Llegarán miles de multas. Esto se tiene que plantear de otra manera», dice.