Situado en el camino inquer que va de Son Frontera a Can Frare se encuentra el conocido como Pou de Can Pere Frare. Los vecinos de la zona y el área de Patrimoni del Ajuntament d'Inca han arrancado una inciativa para lograr la protección de este elemento arquitectónico, que ahora se encuentra bastante erosionado, por parte del Consell de Mallorca.
Durante la elaboración de la ficha patrimonial, el arqueólogo Jaume Ripoll ha localizado numerosos elementos de cerámica romana en los alrededores del Pou de Can Pere Frare, «que nos hacen pensar que el origen del hoyo original, de forma rectangular y sin emparedar, se remonte alrededor del siglo I dC». También se han encontrado fragmentos de sílex, «aunque habrá que determinar si son por afloramientos naturales o por aportación humana en época prehistórica», resalta Ripoll.
El regidor de Patrimoni, Andreu Caballero, se reunió en el mismo pozo con los vecinos que llevan reclamando desde hace tiempo la preservación del elemento y destacó que el hallazgo de las piezas de cerámica romana y del sílex «puede ser un aliciente para que el Consell conceda la máxima protección al pozo y para que sea rehabilitado en el futuro». El Ajuntament confeccionará la ficha patrimonial y la mandará al Consell para su evaluación.
Animales
Entre los vecinos que se acercaron al Pou de Can Pere Frare destaca Miquel Perelló, de 92 años. Acompañado de su hijo, también llamado Miquel Perelló, recordó como cuando era pequeño «se usaba el pozo para abrevar a más de treinta vacas que había en una vaquería cercana», algo que también rememora su hijo al asegurar que «hace sesenta años este pozo estaba en uso».
Rafel Perelló y su hija Marina también acudieron al encuentro y solicitaron «una protección urgente de este pozo y de su entorno porque forma parte de la historia de nuestro entorno y también de Inca. Queremos agradecer el trabajo del ayuntamiento porque vemos que también está por la labor de conseguir esta preservación». Además, Rafel Perelló dispone de diversa documentación que atestigua la denominación de la finca donde se encuentra el pozo y de sus alrededores.
Por desgracia el abrevadero de piedra ya ha desaparecido por obra de algún amigo de lo ajeno y solo queda ahora la argolla donde antiguamente ataban a los animales así como el conducto que servía para verter el agua hacia el abrevadero, todo ello en un delicado estado de conservación.
La estructura del pozo también ha sido modificada en múltiples ocasiones con el paso del tiempo y la presencia de dos árboles afectan también a la construcción.