Las obras de rehabilitación del Convent de Lloret, iniciadas hace unas semanas, han sacado a la luz la existencia de un esgrafiado decorativo en los muros interiores de lo que fue en su día el refectorio o comedor de los dominicos. La arqueóloga e historiadora encargada de detectar elementos que pudieran tener un valor patrimonial para su conservación, Elvira González, señala que se trata de un esgrafiado en forma de flores, que tiene una continuidad –como si fuera una gran cenefa– a la altura del arrimadillo situado en la parte posterior de los asientos que ocupaban los religiosos en este espacio.
En este estadio inicial de las obras, los operarios realizan catas arqueológicas en busca de otros elementos históricos que pudieran permanecer ocultos en el ala sudeste del antiguo convento, hoy en estado semiruinoso tras décadas de abandono. Esta primera fase del proyecto de rehabilitación del Convent consiste en recuperar el volumen original con la reconstrucción de una planta perdida con los años. La rehabilitación devolverá al convento su aspecto original, reabriendo ventanales que hoy están semiderruidos o tapiados, pero no se realizará ninguna apertura nueva.
Unificar y frenar el deterioro
La dirección de obras corre a cargo del arquitecto Jaume Vidal, quien ha supervisado también la ampliación de la casa consistorial con la anexión de Ca na Fustera, y lo hará con la siguiente fase, la rehabilitación del ala que ocupó el convento de las monjas para convertirlo en un pequeño hotel. El objetivo final es recuperar una harmonía y uniformidad en el resultado final de las distintas fases en las que se ha dividido la rehabilitación integral del convento de Nostra Senyora de Loreto, una vez que el Ajuntament de Lloret logró, en 2019, ostentar la propiedad de todas las estancias en las que fue dividido tras la desamortización de Mendizábal.
En la fase actual de las obras «la prioridad es evitar que el edificio se siga deteriorando; recuperar el nivel perdido es importante porque así como se hizo la cubierta hace décadas, toda el agua de lluvia revierte en el refectorio y lo deteriora aún más», explica Vidal.
La empresa Comas se ha adjudicado esta fase del proyecto cuyo presupuesto asciende a 640.000 euros. Las dificultades de acceso a la zona de obras, situada sobre un pronunciado desnivel, ha obligado a instalar una grúa de grandes dimensiones en los solares de Baix de sa Riba. Mientras, se ha realizado el desmonte de la cubierta del primer piso para levantar una altura más. Para ello se han encargado réplicas exactas de las piezas que forman el marco de piedra de los ventanales para reproducirlos a la hora de reconstruir el segundo piso. Otro de los detalles que los técnicos comentaron con el alcalde, Antoni Bennasar, durante la visita a las obras, fue la existencia de un antiguo arco, hoy tapiado y sepultado entre vegetación y escombros, que conectará el ala sudeste con los jardines interiores, que subirán de nivel para proporcionar un espacio abierto con vistas sobre el paisaje.
Un desmonte manual para reutilizar los materiales en buen estado de la cubierta
La empresa Comas, adjudicataria de las obras, ha realizado un desmonte manual de la cubierta del ala sudeste, «de modo que se van a reutilizar en la reconstrucción todos los materiales aprovechables, como tejas antiguas y vigas de madera, para preservar al máximo el carácter del edificio», explica una responsable de la constructora mallorquina.
Además, se realizan catas en el solado para conocer si existen restos de otros elementos patrimoniales anteriores a la construcción del convento de los dominicos. Hasta ahora, solo se ha hallado el grafiado decorativo en los muros internos del antiguo refectorio.