Ya es oficial. La publicación este martes en el BOIB del decreto de Alcaldía que incorpora a la concejala del PP Coloma Capó al gobierno socialista de Búger (hasta ahora en minoría) explicita lo que era un rumor a voces, antes incluso de que se iniciara la legislatura: la existencia de un acuerdo entre el PSOE y el PP para gobernar el municipio. Al PSOE de Mallorca el pacto le ha estallado en la cara en el peor momento.
El ultimátum que dio la federación socialista a sus regidores el pasado miércoles para que dejaran sin efecto el decreto –bajo amenaza de expulsarlos del partido– ha quedado en stand by. ¿A la espera de que se apague el incendio o hasta que deje de crepitar en los medios? Esa es la gran pregunta.
La otra, hace tiempo que tiene respuesta, al menos a pie de calle ¿Cómo pudo el PSOE ser la lista más votada en Búger, un pueblo que no es ni mucho menos uno de sus feudos y en el que a duras penas encontró personas para completar una candidatura?
«En el pueblo es sabido que Catalina Alemany (expresidenta de la junta local del PP y actual juez de paz) hizo campaña para el PSOE», recordaba ayer el exalcalde y portavoz de Més, Pep Lluís Pons.
Pons habla con conocimiento de causa y es que fue investido alcalde contra todo pronóstico el 15 de junio de 2019 con los votos del PP pese a ser Pere Torrens (Independiente en las listas del PSOE) el candidato más votado en las urnas. Dicen que a Rafel Reus (el candidato renovador del PP que acabó dimitiendo por presiones) le bastaron dos minutos para echar cuentas y olerse el pastel. Le devolvió la jugada a la vieja guardia del PP votando al alcalde e imposibilitando así el gobierno en minoría del PSOE pactado a sus espaldas.
Se desató entonces una crisis de órdago entre la vieja y la nueva guardia ‘popular'. Rafel Reus acabó perdiendo el pulso y, sin su apoyo, Pons (Més) se vio forzado a dimitir.
Torrens fue investido, esta vez sí, alcalde en minoría y ha venido gobernando con el apoyo externo del PP. La oficialización del acuerdo pone ahora al PSOE de Mallorca entre las cuerdas. ¿Sobrevivirá a las próximas elecciones? Echen cuentas.