La presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, ha recordado este lunes que el desdoblamiento de la carretera Llucmajor-Campos (Ma- 19) contó en su día con el apoyo -con el voto favorable- de todos los partidos políticos representados en esta institución.
Se trata de una obra «necesaria» para mejorar la seguridad de la vía, por la alta densidad de tráfico y siniestralidad de este tramo de carretera, ha defendido Cladera con ocasión de apertura este lunes de esta vía.
La renovación de esta carrera, que ha costado 34,5 millones de euros, ha sido reclamada por una amplia mayoría social de la comarca de Migjorn, ha resaltado Cladera.
La presidenta ha atendido a los miembros de la plataforma antiautopista que han acudido a la reapertura de la vía y ha escuchado sus reivindicaciones.
La presidenta ha estado acompañada por la consellera de Territorio, Maria Antonia Garcías, la alcaldesa de Campos, Francisca Porquer, el alcalde de Llucmajor, Éric Jareño, la alcaldesa de Santanyí, Maria Pons, y el primer teniente de alcalde de Ses Salines, Miquel Rigo.
Este tramo de la Ma-19 tiene una intensidad media de vehículos diarios que se acerca a los 25.000 y el crecimiento del tráfico desde el 2015 ha sido de cerca de un 20 %, lo que suponía circulación lenta y retenciones, además de accidentes de consecuencias cada vez más graves, ha subrayado el Consell.
En concreto, desde 2006 se han registrado 195 siniestros con 13 víctimas mortales y más de 200 heridos.
El actual proyecto reduce en 42.000 metros el impacto sobre el territorio respecto del proyecto inicial, pasando de los 350.000 metros cuadrados afectados a 308.000.
También ha servido, subraya la institución en el comunicado, para pacificar y embellecer el kilómetro y medio de la vía a su paso por Campos con la ejecución de dos carriles de tres metros de ancho y pasos elevados que obligan a reducir la velocidad de los coches.
Las obras se han complementado con un centro de interpretación patrimonial de los elementos comprendidos dentro del área de afectación del proyecto, donde se ha conservado un viejo aljibe y una cueva y donde, además, se ha reubicado la barraca de Son Isern.
Además, se han plantado unos 12.000 nuevas especies arbustivas y se han replantado otros 200 provenientes de áreas afectadas por las obras.
Las obras, que comenzaron en octubre de 2018, han tenido un plazo de ejecución de 32 meses.