Trenzar la palma, encordar sillas o bordar en tela de algodón son oficios tradicionales que se encuentran en peligro de extinción. La artesanía en fibra vegetal ha logrado sobrevivir, con esfuerzo, a los tiempos modernos donde la tecnología es la que marca las pautas. Trabajo en serie frente a productos únicos realizados a mano. Un grupo de artesanos ha decidido emprender su particular cruzada para promocionar estos oficios y para garantizar su pervivencia en el futuro. La Associació de Fibres Vegetals (ASFIVEG) nació hace unos años para dar a conocer estos oficios ligados a las fibras vegetales como materia prima. La pandemia ha dificultado la labor de promoción de este colectivo pero ahora su objetivo es dar a conocer la asociación y promover de manera general la artesanía y la cultura mallorquina.
El presidente de la asociación, Miquel Llull, explicó que «en la asociación nos dedicamos a formar nuevos artesanos a transmitir el valor que tienen nuestras tradiciones y lo necesarias que son en nuestra sociedad». Una de sus ideas es presentar un proyecto de divulgación de estas tradiciones en la escuela para que no se pierdan.
Los integrantes de la asociación trabajan la fibra. Todos ellos, explicó Llull «son la referencia para nuestros alumnos en cuanto a calidad, trabajo y disciplina. Se nutren de la experiencia y conocimientos de personas que se dedicaron profesionalmente a estos oficios para conservar las tradiciones divulgadas por nuestros mayores y que fueron su medio de supervivencia durante muchos años».