Cuando Antoni Prat comenzó la reforma para convertir un local familiar en su futuro estudio de arquitectura con su mujer, Carme Mut, no esperaba encontrar un tesoro oculto entre sus paredes en forma de arco medieval.
«Nos dimos cuenta de que había una zona en la que había algunos desconchones y al arreglarlo descubrimos una serie de piedras que seguían un patrón consecutivo», comenta Antoni.
Sin dudarlo picaron la pared hasta desvelar la parte superior de un arco que ocupaba buena parte del muro y que se encontraba en un gran estado de conservación. Por suerte, la instalación de un altillo en el pasado no provocó ningún daño en el elemento y las vigas sortearon milagrosamente la estructura.
El local donde se ha descubierto este arco está situado en la calle Mossèn Bernat Salas y ha formado parte de la conocida tienda de ropa Tot Temps, que es propiedad del padre de Antoni. «Ha sido un taller de carpintería y mi padre instaló una tienda de pieles llamada Gala después de comprar esta parte del edificio en 1960», relata el arquitecto.
El historiador inquer Guillem Alexandre será el encargado de realizar la ficha patrimonial para que se incluya en el catálogo municipal. En su visita junto al regidor de Patrimoni, Andreu Caballero, confirmó que «se trata de un arco medieval que probablemente date del siglo XIV». Una de las hipótesis «es que se tratase de una casa con celler y que el arco esté situado en una pared medianera de ese edificio». En posteriores reformas condenaron el arco rellenándolo con escombros.
Visible hasta la mitad
Entre los detalles más destacados, el historiador advierte que «lo que vemos es solo la parte superior del arco, probablemente la mitad de todo el elemento arquitectónico», que podría llegar a los cinco metros. En la pared también resalta un destaca un conjunto de piedras en el extremo derecho que sugiere que antiguamente era una esquina. Alexandre indica que «en Inca hay localizados una docena de arcos de este estilo».
Antoni Prat y Carme Mut tienen previsto abrir su estudio de arquitectura el mes de septiembre. Son conscientes «de la suerte que hemos tenido encontrando esta joya en lo que va a ser nuestro estudio y encima tan centrado en la pared y sin daños en su parte visible».