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Indignación en el entorno ecologista ante la reapertura de la fábrica de cemento de Lloseta

Vista aérea de los terrenos de Cemex en Lloseta, a la izquierda de la carretera. A la derecha, el resto del polígono.

| Lloseta |

El entorno ecologista de Mallorca ha recibido con indignación la noticia publicada ayer por Ultima Hora sobre la decisión de Cemex de reanudar la producción en la fábrica de cemento de Lloseta.

Los colectivos que desde hace años denuncian perjuicios para el medio ambiente derivados de la actividad industrial de Cemex en la comarca, GOB y Reviure Tofla, han mostrado su «decepción» y consideran que el cierre de la fábrica, en enero de 2019, «no fue más que una maniobra; dos años después, Cemex habrá dejado en la calle a un centenar de familias mallorquinas y puede volver a abrir sin recolocar al personal, con más ayudas públicas que nunca en base a un plan de reindustrialización del Gobierno central y del Govern, y vendiendo que harán ‘cemento verde'», señala la plataforma Reviure Tofla.

Críticas a Medi Ambient

Por su parte, el GOB apunta que «en su momento ya advertimos que la Autorización Ambiental Integrada permitía continuar con la fabricación de cemento y la Comissió Balear de Medi Ambient nos lo quiso negar», apunta la portavoz del GOB, Margalida Ramis. «En paralelo, Cemex ha tramitado una nueva fábrica de hormigón (áridos), todo ello vinculado a la renovación de sus permisos para explotar la cantera de Can Negret; está claro que nunca ha tenido intención de cesar su actividad en Lloseta».

Pese a reconocer que la Conselleria de Medi Ambient no tiene autoridad para impedir que se reanude la actividad de la fábrica de cemento, el GOB considera que todas las actividades de Cemex están vinculadas y critica que «todos los microproyectos incluidos en el proyecto industrial estratégico (construcción de una planta de hidrógeno, un parque fotovoltaico y una fábrica de áridos) se han tramitado de manera individual, cuando deberían haber evaluado su impacto económico y social globalmente». Para el GOB, «es un auténtico despropósito, ahora tendremos no solo la planta de hormigón y la de hidrógeno que nos venden como la panacea, sino que además continuará la producción de cemento sin que todo esto revierta en recuperar ni un solo puesto de trabajo; en ningún caso se puede considerar una planificación estratégica industrial».

Més plantará batalla

Entre las voces críticas se suma el partido Més per Alaró. «Sospechamos que esta operación es un negocio redondo para Cemex: para no desmantelar la fábrica, cobrar las posibles subvenciones que estén relacionadas y continuar explotando la cantera de Can Negret sin coste alguno». Su portavoz, Aina Sastre, añade que «estamos del lado de los ecologistas que quieren proteger el territorio de especulaciones, de los vecinos que tienen que sufrir las molestias de estas actividades y de los exempleados que ahora ven frustradas sus esperanzas de reincorporarse a la empresa».

Alegría y expectación contenida entre los extrabajadores despedidos en 2019

La noticia de la reapertura de la cementera corrió ayer como la pólvora entre sus exempleados, despedidos como consecuencia del ERE que Cemex presentó en enero de 2019. Han transcurrido ya dos años desde los despidos y para la mayoría de los 86 afectados de la factoría de Lloseta (más otro centenar en Almería), ha terminado su prestación por desempleo. «Quienes han trabajado allí durante muchos años, se alegran y hay cierta expectación, porque la mayoría no han encontrado trabajo desde entonces o si lo han logrado, pronto se han quedado otra vez sin empleo con la crisis de la COVID», explica Vicenç Villalonga, quien ha sido el presidente del Comité de empresa. «Somos conscientes de que no se recuperarán puestos de trabajo por ahora, la producción que se prevé es la mínima para mantener activa la fábrica, pero en el futuro si hay demanda se podría aumentar la producción».

El proyecto del hidrógeno sigue

El director general de Política Industrial del Govern, Antoni Morro, y los promotores de Green Hysland (Acciona, Enagás, Redexis y Cemex) visitaron el Ajuntament de Lloseta para explicar los avances de este proyecto destinado a crear una planta de hidrógeno en Lloseta. A lo largo de la reunión se desgranaron las actuaciones que ha realizado el Govern: Declaración como proyecto estratégico; su redimensionamiento; buscar usos para el destino del hidrógeno; la carta de apoyo para lograr una subvención europea; la transferencia de 3,5 millones a la EMT de Palma para adquirir cinco buses de hidrógeno, y la coordinación para tramitar el primer hidroducto de España.

Los promotores señalaron que están ultimando detalles para iniciar la tramitación ambiental del proyecto. El alcalde, Xema Muñoz, explica que «está previsto comenzar a producir hidrógeno en enero de 2022 y está claro que ahora debemos apostar por las industrias verdes y sostenibles»

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