«El mataren un dia. S'esvaí la seva historia». Así se refiere Llorenç Capellà a Antoni Oliver Jordà en el Diccionari Vermell, obra de referencia en la recuperación de la memòria histórica de Mallorca. 85 años después los restos de Antoni Oliver Jordà reposan junto a los de su hermano y su cuñada en la tumba familiar de Pollença.
Antoni Oliver Palou, sobrino de la víctima no podía aguantar este sábado las lágrimas (de alegría contenida, de ilusión, pero también de rabia) al recibir la caja con los restos de su tío, exhumados en el cementerio de Llucmajor durante el Pla de Foses 2018-2019. «A mi que no me hablen de política, pero mi tío podrá estar enterrado con mi padre», contaba ya en febrero de 2019 tras hacerse las pruebas de ADN.
Reparación
La pasada Navidad Antoni Oliver Palou cumplió 82 años y ahora reververan en su memoria los recuerdos silenciados todos estos años de las conversaciones que mantenían su padre y su abuela sobre el tío Toni, asesinado dos años antes de que él naciera. «Sólo sé que mi abuela estaba muy triste y que le dijeron que mataron a mi tío. Creo que era un guardia y le mataron por dar comida a un amigo preso», explica.
También fueron entregados este sábado tarde a sus familiares para ser enterrados en Pollença los restos de Miquel Marquet Perelló y Antoni Castañer Cifre rescatados tras más de 80 años de olvido de la fosa del cementerio de Marratxí. El cuerpo de Antoni Castañer, payés de 33 años, apareció el 22 de agosto de 1936 junto a los cuerpos de otros dos hombres en el km 7 de la carretera Palma-Inca.
Los trabajos realizados en la fosa de Marratxí han permitido identificar, gracias a los anàlisis de ADN, a uno de esos hombres como Miquel Marquet Perelló. Aún se trabaja en identificar a la tercera víctima.
Debido a las medidas sanitarias derivadas de la COVID-19. El acto de entrega de los restos a sus familiares, organizado por la Secretaria Autonómica de Memòria Democràtica, el Ajuntament de Pollença y la agrupación de Memòria de Pollença, se celebró ayer tarde en el cementerio municipal a puerta cerrada de manera ordenada con un aforo máximo de 15 personas.
Las familias recibieron también, de manos del secretario autonómico Jesús Jurado, el certificado como víctimas del franquismo de cada uno de los represaliados así como la copia del informe que certifica su identificación.
Con estos tres, son ya cuatro los pollencins asesinados por los falangistas cuyos restos han sido recuperados y entregados a sus familias. Los de Joan Losa fueron recuperados e identificados en la primera fase de la exhumación de la fosa de Porreres.
El camino no ha acabado. Memòria de Pollença tiene esperanzas de identificar aún a algunos pollencins entre las víctimas halladas en las fosas de Calvià, Marratxí o en futuras exhumaciones en Campanet y en la Cala Sant Vicenç (esta última incluída en el último Plan de Fosas).