El Ajuntament de Son Servera retirará el monumento a la Cruz de los Caídos, ubicado en la calle Joana Roca, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. Se trata del último vestigio franquista del Llevant de grandes dimensiones, aunque todavía quedan otros símbolos o nombres de calles en algunos pueblos de la comarca.
Han tenido que pasar muchos años para que la retirada de este monumento sea una realidad. Pero el Ajuntament no puede hacer más concesiones porque, de lo contrario, se enfrenta a sanciones por incumplimiento de la ley que obliga a la retirada de distinciones, menciones o símbolos franquistas.
La Cruz de los Caídos se encuentra frente al local de la tercera edad, en una zona céntrica. El Ajuntament ha proyectado una mejora de las infraestructuras urbanas y un embellecimiento de esta plaza que incluye la retirada del monumento. El pasado 21 de enero salió a exposición pública el proyecto y, si no hay alegaciones, se iniciará toda la tramitación para su licitación y adjudicación de las obras.
La alcaldesa, Natalia Troya, explicó que «desde el Ajuntament estaremos a disposición de la Comissió de Memòria Històrica que será quien nos dirá el destino del monolito, si se ha de demoler o de reubicar. Se hará lo que nos digan».
En febrero de 2019 el Ajuntament recibió una carta del Ministerio de Justicia, en el que se instaba a la retirada de los vestigios franquistas que todavía permanecían en espacios públicos. Este requerimiento también llegó a otros tres municipios: Sa Pobla, Felanitx y Santanyí.
Barreras arquitectónicas
La retirada del monolito se aprovechará para hacer una remodelación y una mejora de los accesos ya que se eliminarán las barreras arquitectónicas. El objetivo final es una pacificación del centro mejorando las condiciones de acceso de visitantes y turistas.
El proyecto contempla la retirada del monumento y se adecuará el punto de juego de petanca con pistas de medidas reglamentarias, lugares de reposo y un espacio libre para acontecimientos relacionados con el edificio. La intervención de accesibilidad consiste en suprimir los escalones de la plaza resolviendo los problemas de cambios de nivel. También se conectarán las diferentes plantas del edificio con un ascensor.
Troya, acerca de la remodelación de este espacio público, explicó que «se aprovecha una subvención de 270.000 euros de la institución insular para remodelar una plaza muy concurrida por las personas mayores y por otros vecinos». Además destacó que «la intención es convertir el espacio en zona más agradable, accesible y funcional. En la plaza se respetarán las zonas de juego de petanca que son muy utilizadas por parte de los mayores».
Gracias a la retirada de este monumento, que ocupa el centro, se podrá crear un espacio diáfano en contacto directo con el edificio de la tercera edad.
Las intervenciones junto con la remodelación de la calle Joana Roca, por la proximidad con el casco antiguo, facilitarán itinerarios agradables para los peatones.