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Las pateras llegadas a la costa de ses Salines se acumulan en el ‘punto verde'

Las barcas se van acumulando. | Gori Vicens

| Ses Salines, Mallorca |

La llegada masiva de personas en patera a la costa mallorquina ha desbordado todas las previsiones, tanto humanitarias en cuanto a atención a los inmigrantes, como los protocolos de actuación al no saber qué hacer con las embarcaciones que quedan varadas en la costa o en los puertos de la Colònia de Sant Jordi (ses Salines) o Portocolom (Felanitx). Entre junio y diciembre de 2020 llegaron a las costas de ses Salines, Santanyí y Felanitx más de 25 pateras, algunas de ellas interceptadas en alta mar y remolcadas a puerto. La mayoría de estas embarcaciones se amontonan ahora en espacios municipales de los propios ayuntmaientos. Mientras en Santanyí, las barcas se acumulan en un solar municipal, el punto verde de la Colònia de Sant Jordi ya acoge más de media docena de embarcaciones tiradas.

El alcalde de ses Salines, Joan Rodríguez (PP), explica que «se trata de un problema humanitario enorme», pero una vez que estas personas son atendidas por la Administración central, «los ayuntamientos nos quedamos con las barcas que tenemos que retirar de las playas. Estas llevan gasolina y otros elementos que pueden contaminar», explica mientras reclama un protocolo claro de actuación. Considera que la tramitación para destruirlas, que depende de varias administraciones, es complicada.

Por ello, pide «un protocolo de actuación ágil», y que «finalizados los trámites burocráticos por parte de la Guardia Civil nos den permiso para destruirlas como residuo y trasladarlas a la incineradora de Son Reus o donde corresponda». Desde la Delegación del Gobierno explicaron ayer que las pateras que se encuentran en los ‘puntos verdes‘ están catalogadas como residuos, por tanto, los ayuntamientos podrán destruirlas o hacer lo que consideren oportuno con ellas.

Santanyí

La costa de Santanyí es la que más ha padecido la llegada de estas embarcaciones durante el año 2020. Al igual que ses Salines y Felanitx, el Ajuntament las retira de la costa y las custodia en un espacio municipal. La falta de directrices que marquen cómo actuar hace que las barcas se amontonen.

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