El alcalde de Sóller, Carlos Simarro (PP), anunció este martes en rueda de prensa que el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados presentará una enmienda de modificación de los presupuestos generales del Estado para que se incluya una partida para adquirir la Fàbrica Nova de Sóller, para convertirla en museo industrial.
El importe de prevé la enmienda, que se articularía a través de un futuro convenio entre Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y el municipio de Sóller, asciende a la cantidad de 7 millones de euros. El concepto de la modificación sería una ayuda para la adquisición y rehabilitación del la Fàbrica Nova, declara Bien de Interés Cultural por el Consell de Mallorca.
El alcalde se mostró «convencido» de que la propuesta de modificación «será aceptada» y pidió a PSOE y Podemos, con representación municipal en Sóller, «que apoyen esta idea e influyan ante sus formaciones políticas para conseguir que la Fàbrica Nova pase a ser del municipio y se pueda rehabilitar como museo».
Expropiación
La propuesta de compra por parte del Estado que Simaro espera conseguir se ha puesto en marcha después de conocerse que la propiedad de la Fàbrica Nova ha interpuesto una reclamación de expropiación forzosa, valorando en inmueble en 4,5 millones de euros, una cantidad que el Ajuntament podría tener que asumir si se fijara este justiprecio a favor de la propiedad.
El alcalde descarta que el Ajuntament pueda comprar el inmueble y asegura que «si finalmente el Gobierno central no aprueba la modificación presupuestaria para esta compra nos tendremos que enfrentar a la expropiación».
Simarro recordó que la Fàbrica Nova fue declarada BIC por el Consell de Mallorca por lo que «ahora solamente podemos utilizar este inmueble como museo ya que está protegido y catalogado».
Propiedad
El Ajuntament recibió la Fàbrica Nova en herencia otorgada por la hija ilustre Adela Oliver, al 50 por ciento con sus herederos naturales, con la obligación de crear un museo textil e industrial. Pero nuca cumplió este compromiso, que era una de las condiciones del legado, por lo que perdió su parte de titularidad, pasando esta de nueva a los herederos. Sin embargo, éstos nunca han podido desarrollar ningún proyecto urbanístico ni de rehabilitación a pesar de varios intentos con distintos consistorios. Finalmente, han anunciado una demanda de expropiación forzosa.
El edificio se encuentra ahora en mucho peor estado de conservación que cuando el Ajuntament de Sóller lo recibió en herencia al 50 por ciento. El alcalde confía en las arcas del Estado para no tener que afrontar una nueva expropiación.