Casi un centenar de autónomos se concentró este viernes frente al Ajuntament d'Alcúdia para exigir ayudas urgentes que salven al comercio local, tocado de muerte por la COVID-19.
Aunque el Ajuntament aportó 400.000 euros al fondo de ayudas a autónomos (que comparten Govern, Consell y ayuntamientos) la realidad de la crisis económica ha dejado sin subvención a los cerca de 1.500 autónomos del municipio.
Para poder cobrar las ayudas deben estar al corriente de pago, requisito que debido a la difícil situación que viven sus negocios no se cumple en buena parte de los casos.
Los manifestantes sembraron de esquelas la calle Major para evidenciar la muerte de los pequeños comercios y exigieron a la alcaldesa Bàrbara Rebassa y al resto de políticos del Ajuntament «reciprocidad». «Sin ayuda nos morimos» o «si yo no trabajo ustedes no cobran» fueron algunas de las consignas que se escucharon en la protesta pacífica que se hizo con mascarillas y guardando la distancias. Aunque la alcaldesa salió a la puerta del Ajuntament (junto a otros concejales del PSOE, PI, Cs y VOX) para dar apoyo a los comerciantes, sus explicaciones no les convencieron. Exigen un compromiso «firme y urgente».
«Coacciones»
Rocío Bermúdez, portavoz de la protesta, denunció presuntas coacciones al recibir este viernes (tres horas antes de la manifestación) una inspección en el bar que regenta. El regidor de Urbanismo, Joaquín Cantalapiedra, admite que «un celador visitó el bar en respuesta a una comunicación previa de hacer obras», pero asegura que la coincidencia con la protesta es «casual».