Margarita Mandilego cumplió ayer 100 años, lo que no le impide custodiar la memoria de toda una vida en Andratx.
¡Cuántas flores!
— Fue un día especial. No todo el mundo cumple 100 años. Se acordaron de mí, aunque no se lo había dicho a nadie. Estoy contenta de ver que aún hay mucha gente que me aprecia. No les puedo corresponder, pero son comprensivos.
Es usted una persona conocida en el pueblo.
— Por la calle, hay ocasiones en que me reconocen y me sabe mal tener que decir: «Ay, no te conozco». Hasta que recapacito un poco y veo quién es. Agradezco que se acuerden de mí, aunque no pueda decir «por muchos años».
¿Dónde nació?
— En Andratx, en esta misma casa. Fui la séptima de ocho hermanos. Mi hermana era la apotecaria y le ayudaba a colocar los paquetes y a hacer los análisis de orina. Me casé en 1959. Mi marido trabajaba en Correos y le destinaron a Barcelona. Después, viví siete años en el Port de Pollença y 35 en Palma. En 2005 me quedé viuda.
Nació en Andratx y aquí sigue.
— Soy andritxola. Puedo recitar del Cant a Mallorca lo que decía de Andratx. «Som la gentil andritxola, i tant i tant m'agrada Andratx, que en tornar i quan me'n vaig, veure'l de lluny me consola». La memoria no se pierde. Antes me gustaba más el pueblo. Ahora se ha modernizado todo y todo el mundo va a su aire.
Y de salud, ¿cómo vamos?
— Es lo peor que he tenido. Con cinco años, estuve entre la vida y la muerte. Pero mala hierba... En 1980, me operaron de desprendimiento de retina, por lo que estuve casi un mes con los ojos tapados con esparadrapo, y posteriormente me operaron de una fractura de cadera. He sufrido un poco, pero aquí estoy. A mi familia les hago ir desbaratados. Pero que sufran (risas). Hay que tomarse las cosas con ironía. Cumplo 100 años.
¿Qué le gusta hacer?
— Cada día leo el Ultima Hora y si algo me interesa especialmente, lo recorto y lo guardo. Hago un estudio general del periódico y cuando lo he hecho lo vuelvo a repasar. Y el día anterior soy yo quien deja preparado el dinero para comprarlo. Salgo poco porque me da pereza tener que ir arrastrando los pies.
¿Qué es lo mejor y lo peor de cumplir 100 años?
— No veo que haya hecho ningún milagro. No me quedo con nada en especial. Los 35 años que pasé en Palma fueron muy buenos. Nunca perdí el contacto con Andratx. Lo peor ha sido perder a la familia.
¿Cuál es el mejor recuerdo que guarda?
— (Señalando a su hijo, el farmacéutico Gaspar Alemany) ¿Qué tengo que decir? Llenó la casa. He ido afrontando todo de la mejor manera posible y no me ha ido mal. Me parece mentira que haya cumplido 100 años.
¿No se lo cree?
— No. No me parece que lleve tanto encima. A veces se me escapa alguna fecha y miro de dar con ella para hacer trabajar a la cabeza. Los 100 años me han pasado rápido.
Reconocimiento institucional
Margarita Mandilego contó este lunes con el reconocimiento institucional del Ajuntament d'Andratx. El alcalde, Joan Manera, acompañado por los tenientes de alcalde Katia Rouarch y Toni Mir, visitó a la centenaria a su domicilio donde le hizo entrega de un gran ramo de flores. El hijo de Margarita, el farmacéutico Gaspar Alemany, invitó a los presentes, entre los que se encontraban las cuidadoras y amigos de la homenajeada, a dulces y cava. Había que celebrarlo.