ARCA y el Grupo de Estudios de las Fortificaciones Balears (GEFB) organizaron una visita guiada a la torre de Cala Figuera, Calvià, con un objetivo divulgativo, además de reinvidicativo para reclamar una intervención urgente de la administración pública a esta torre de defensa del siglo XVI. A pesar de la protección jurídica que le otorga la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC), desde 1992, la torre ha sufrido una degradación continuada, especialmente en la última década.
En 2016 con la torre en ruinas y en peligro de derrumbe y tras la insistencia de las asociaciones asistentes al acto, como medida paliativa, se apuntaló y consolidaron los restos con mortero de cal en espera de una pronta restauración. Desde entonces nada se ha hecho para evitar que la torre siga degradándose. El motivo de la movilización viene tras cinco años de inacción para recuperar este BIC. La torre se encuentra en un precario estado de conservación provocado por el abandono y la dejadez.
La visita guiada estuvo a cargo de Ángel Aparicio, historiador y experto en arquitectura militar. El acto reivindicativo concluyó con la lectura de un manifiesto en defensa de la cultura y el patrimonio.
«Montón de piedras»
Durante el acto, los organizadores criticaron que el Consell haya eludido o retrasado los deberes legales con esta torre de defensa, «por lo cual, de seguir así, todo ello llevará a que, en la próxima visita, en lugar de una torre de defensa encontremos un montón de piedras», denuncian desde ARCA y GEFB.