Nueve regidores de la oposición forzaron este lunes un pleno extraordinario en Marratxí para discutir la intención del gobierno municipal sobre la cesión o no de los remanentes. Si bien buena parte de las seis mociones presentadas tuvieron que ser modificadas por la decisión de Hacienda -ayer mismo- de suspender la regla de gasto para que los ayuntamientos usen el superávit, todas las propuestas se aprobaron por unanimidad en la línea de instar al Gobierno central a nuevas negociaciones o a flexibilizar esta linea de gasto todavía sin concretar.
Pese a ello, el alcalde de Marratxí, Miquel Cabot (PSOE), defendió el decreto de Sánchez rechazado en el Congreso de los Diputados. Cabot defiende que, aunque «no era perfecto, era beneficioso para nuestro ayuntamiento». De esta manera, asegura que el Ajuntament podría haber utilizado ocho millones de euros de su remanente para gastar entre 2020 y 2021 y poder así realizar inversiones pendientes en el municipio como son el proyecto del antiguo edificio de sa Refinadora para destinarlo a usos socioculturales; la fábrica de Pepsi para convertirla en espacio cultural, o la prometida escoleta de 0 a 3 años. Unos proyectos que, de momento, quedan aparcados. Recordó que el Ajuntament de Marratxí cuenta con 33 millones de euros de remante, de los cuales 3 millones corresponden al superávit de 2019 y entre 3 y 4 millones de 2020.
«Ceder 28 millones al Gobierno central supondría recibir 8 millones de euros a fondo perdido para gastar durante 2020 y 2021, además del retorno de tres millones anuales a partir de 2022», sentenció el alcalde.