Juan Rodríguez es un trabajador de Magaluf, casado, con cinco hijos, que vive desde octubre, en que terminó la temporada 2019 –trabajaba en el Benny Hills–, con 430 euros al mes. «Por cuestiones administrativas no tengo paro, sino tan solo una ayuda familiar. Mi mujer cobraba también una cantidad similar que desde hace tres meses no cobra. Por eso hemos dejado la casa en que vivíamos para irnos a la de mi madre, pero como somos muchos, nos hemos cambiado al piso que me deja un amigo, al que le iré pagando como pueda…», afirma.
Sigue relatando que «en esta temporada no he trabajado, ya que mi jefe no abrió el local y, pese a que lo he buscando, no he encontrado trabajo en otro sitio. Para colmo, el Govern cerró Punta Ballena, otro lugar para encontrar trabajo. Es la primera vez en mi vida que no puedo trabajar», se lamenta.
«Han actuado mal»
Por lo que cuenta, es tan grave la situación laboral de Magaluf «y también en otras zonas de Calvià», añade, que los damnificados han decidido unirse y crear la Asociación de Empresarios y Trabajadores de Calvià (Emytra), y manifestarse. «Lo hemos hecho en dos ocasiones y cada vez somos más porque son muchos los que están en mis condiciones. Por eso, el día 4, viernes, tras concentrarnos frente al pub Britania, nos volveremos a manifestar para decirles a quienes nos gobiernan que creemos que han actuado mal, que nos ayuden a sobrevivir, pues somos muchos los que nos hemos quedado sin trabajo, sin ERTE, sin nada, en la calle y muchos con hijos», resume.
«Quienes nos gobiernan –dice– nos dan el silencio como respuesta. Porque nos da la impresión de que pretenden que vivamos como en un régimen comunista, mientras ellos lo hacen como capitalistas. Lo digo porque el alcalde tiene entre asesores y cargos de confianza a más de veinte personas, lo que significa un gran desembolso. Sin embargo, no tiene policías para hacer frente a los botellones que se organizan en playas, parques y bosques, ni para frenar la droga ni la prostitución. Mientras, a los del ocio nocturno nos han obligado a cerrar, con lo que eso significa para nuestra economía, mientras que los espectáculos programados en Port Adriano, así como el Mallorca Live Festival, al que el Ayuntamiento da su apoyo, sí tienen permiso», concluye.
Por otra parte, se pregunta: «¿Por qué veo que algunos ciudadanos de Calvià tienen bonos azules para poder comprar y yo y muchos más como yo no los tenemos y tenemos que alimentar a los de casa como podamos? Por eso es por lo que nos vamos a reunir, para que de una vez por todas quienes nos gobiernan vean que lo están haciendo mal y que rectifiquen. Y también para hacerles saber que todos los asociados estamos preparando ya la próxima temporada para que no ocurra lo que en esta… ¿Lo están haciendo ya ellos? Porque es una vergüenza que ahora, en Calvià, muchísimas personas, por falta de ingresos o por ingresos mínimos, están comiendo de lo que les da la gente», asevera.
«Lo digo –continúa– porque mi familia y yo comemos gracias a eso. ¿Le digo nombres? Pues muchos comemos gracias a las ayudas que recibimos de Luisa Jiménez, del PP; Esperanza Català, de Vox; y Gaël Thyus Vieville, de Cs… Bueno, sí. Una vez –recuerda–, en el Ajuntament me dieron una tarjeta equivalente a 500 euros para comida. Pero eso fue hace ocho meses».
Mal comienzo del curso escolar
Está claro, pues, que el viernes quieren hacer oír su voz y que no caiga en saco roto. De lo contrario aumentarán el volumen de su protesta. Le preguntamos si están en contacto con la otra asociación, Acotur, y… «No, hemos hecho dos manifestaciones y no nos han dicho nada. Suponemos que ellos defienden intereses de otros empresarios. Pero bueno es que haya asociaciones que luchen por los mismos objetivos. Aquí no caben paños calientes, ni promesas que no se van a cumplir. Aquí hay que ayudar a quienes nos hemos quedado sin nada y empezar a planificar la próxima temporada, cosa que no han hecho en esta, sino que el alcalde se ha limitado a decir que sí a todo lo que ha decidido el Govern, sin conocer la opinión de los trabajadores ni de los empresarios afectados», reconoce.
«Somos un municipio con derecho a ser consultado antes de tomar decisiones importantes, como esta, que ha dejado a más de dos mil personas en la calle, porque así lo ha decidido Francina Armengol, sin que el alcalde hiciera una consulta con los trabajadores, y más sabiendo que iba a pasar lo que ha pasado».
Vuelta al cole
En lo que se refiere a la vuelta al colegio, Juan Rodríguez, que militó como socialista, «más bien como najerista», pero que rompió el carné viendo la evolución de este partido, adelanta que «no mandaré a mis hijos a la escuela cuando comience el curso, pues no tengo dinero para comprar los libros ni las mascarillas. Supongo que, desgraciadamente, eso le ocurrirá a muchos padres, que como yo se han quedado sin nada. Que esto tampoco lo ha previsto el gobierno».