El equipo de arqueólogos que trabaja en las tareas de exhumación del cementerio de Son Coletes (Manacor) ha localizado restos óseos que corresponderían a víctimas de la Guerra Civil, así como una bala disparada contra una de ellas y objetos personales que datan se los años 30 del siglo pasado.
Así lo ha confirmado este miércoles en el cementerio la consellera de Administraciones Públicas y Modernización, Isabel Castro, acompañada del secretario autonómico de Memoria Democrática y Buen Gobierno, Jesús Jurado, y del alcalde de Manacor, Miquel Oliver.
Tal como ha explicado el responsable de arqueología de la empresa ATICS, Cesc Busquets, estos restos han sido localizados tras doce días de excavación en el oeste de la cruz del antiguo cementerio, de donde se sospecha que partían las acequias donde se enterraron los represaliados, ha informado el departamento de Castro en un comunicado.
La distribución de los restos indica que podrían haber sido almacenados dentro de bolsas o sacos durante las obras de construcción del nuevo cementerio de Son Coletes entre los años 1947 y 1953. Estos restos se han localizado a una profundidad de 2,50 metros sobre el nivel actual.
Dentro de esta agrupación de restos óseos se han localizado otros elementos que confirmarían la hipótesis de que fueron fruto del conflicto bélico.
La prueba más determinante es el hallazgo de una bala de 9 milímetros, utilizada de manera habitual por los pelotones falangistas, que presenta restos de tejido de vestimenta, con lo cual fue disparada.
También se han localizado restos de vestimenta propia de los años 30, como un corchete para abrochar un pantalón, un botón de nácar, una correa con hebilla de hierro, un fragmento de un reloj de bolsillo y un zapato de cuero con suela neumática.
Todos estos objetos sitúan los restos en el primer cuarto de siglo XX, cuando en Son Coletes tuvieron lugar los episodios de represión franquista.El equipo de arqueólogos continúa en estos momentos con el estudio de los restos localizados y su delimitación.
Más allá de estos últimos hallazgos, hasta hoy los arqueólogos de ATICS han excavado nueve sepulturas con un total de diez individuos, que se atribuyen a entierros efectuados a lo largo del siglo XIX. Se ha descartado que sean restos de víctimas de la peste bubónica de 182 y están pendientes de excavar una docena de tumbas más.
Son Coletes fue creado el 1820 como cementerio de las víctimas de la peste bubónica y fue utilizado durante la Guerra Civil como gran fosa para las ejecuciones indiscriminadas de disidentes y prisioneros, afirma el comunicado.
A día de hoy, no se conoce con exactitud la cuantía del número de víctimas que se enterraron allí, pero, según indica el historiador Antoni Tugores en el «Mapa de las fosas comunes de Mallorca», a partir del 17 de agosto de 1936 en Manacor se inició una represión sistemática y ejecuciones en el cementerio municipal del Pla de Son Mas.
A partir del 24 de agosto, estas ejecuciones y entierros fueron trasladados a Son Coletes para poder disponer de un espacio alejado del casco urbano.
Entre finales de agosto y septiembre de 1936 Son Coletes fue escenario de grandes ejecuciones, no solo de víctimas mallorquinas, sino que «quizás el número más importante de víctimas enterradas en aquel lugar se deba a las capturas de prisioneros de las tropas de Bayo», indica Tugores.
El desembarco de las tropas republicanas de Bayo se produjo en el Levante de Mallorca el 16 de agosto de 1936 y provocó numerosas víctimas de guerra en los dos bandos de la contienda.
El Proyecto de intervención en el cementerio de Son Coletes, presentado por ATICS a la Comisión Técnica de Desaparecidos y Fosas de Baleares, incluye el estudio de una fotografía aérea hecha por la aviación de los Estados Unidos entre los años 1942-1945.
Esta imagen ha permitido determinar que, pocos años después de los numerosos asesinatos de 1936, el antiguo cementerio de Son Coletes presentaba una planta completamente cuadrada y tenía un total de 3.600 metros cuadrados.