«Por favor, ¿puede aprender mi idioma catalán para que usted y yo nos podamos entender?». Esta es la traducción de un cartel escrito en alemán que un vecino de fora vila en el municipio de Manacor se ha visto obligado a colgar de la fachada de su casa, harto de que el resto de residentes de la zona se dirijan a él en ese idioma y de que la comunicación no fluya entre ellos.
Esto es al menos lo que ha denunciado la plataforma Mallorquins en perill d'extinció, un grupo que en Facebook aglutina a unos 27.000 seguidores, en una de sus últimas publicaciones, un contenido que ha suscitado en especial el interés de los usuarios.
La reacción al acto de protesta, muy civilizado eso sí, del vecino no se ha hecho esperar. Según la misma fuente citada por la plataforma «ahora ni le saludan».
Un gran número de comentarios han salido al paso de esta situación, aparentemente insólita. Sin embargo, el escaso interés en empaparse de la lengua y las costumbres propias de muchos 'nuevos mallorquines', con honrosas excepciones, no es cosa nueva.
Se sabe que muchas residencias de la Part Forana de Mallorca han cambiado de manos en los últimos tiempos, y los ciudadanos europeos son clientes preferentes de este tipo de propiedades, bien sea para instalarse entre nosotros una vez alcanzada la jubilación, o bien para pasar temporadas en las Islas o por puro interés financiero.