El albergue de la Victória, cerrado de urgencia el pasado verano por seguridad, no reabrirá sus puertas hasta 2022. Así lo confirmó esta semana la consellera de Afers Socials i Esports del Govern, Fina Santiago, después de que el plan de reforma de la instalación haya sido excluido de los proyectos a financiar con los fondos de la ecotasa.
En virtud del decreto COVID-19 no se cobrarán los pagos a cuenta de los hoteleros del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS), conocido popularmente como ecotasa, y el dinero que queda en el fondo de otros años se destinará a hacer frente a los gastos derivados de la pandemia del coronavirus.
1,7 millones de euros
El Govern ha declarado de «ejecución estratégica» 40 de los 68 proyectos que preveía financiar con la recaudación de 2019. Excluye, entre otros, la reforma del albergue de La Victòria con una inversión prevista de 1,7 millones de euros.
Pese a las nuevas dificultades de financiación Santiago confirma su compromiso de realizar las obras en el alojamiento juvenil con la idea de reabrirlo en 2022. «En estos momentos se está trabajando (tal y como estaba previsto) en la redacción del proyecto ejecutivo mientras se busca otra fuente alternativa de financiación», dice.
«Será complicado reabrir en 2021 (creo que fuimos demasiado optimistas) pero la idea es realizar las obras en abril o mayo de 2021 para reabrir en buenas condiciones en 2022», añade.
La consellera recuerda que, tras realojar de urgencia hace un año a los reservistas del albergue en el vecino campamento de la Victória, se ha incrementado el aforo en el campamento y se han realizado mejoras en las instalaciones que «han tenido muy buena acogida».
Tanto es así que, pese a las dificultades derivadas de la crisis de la COVID-19, el campamento cierra el mes de junio con 1.500 pernoctaciones y tiene reservadas 12.000 estancias más hasta el mes de septiembre.
«El campamento suple bastante el problema del cierre del albergue. Funciona, la gente está contenta y esto nos permite relajar un poco la presión», dijo Santiago.
Además de realizar una serie de reparaciones en los revestimientos de los muros que sufren desprendimientos, para reabrir el albergue es preciso instalar una escalera de emergencias que evite que se convierta en una ratonera en caso de incendio.
Superar los trámites urbanísticos y ambientales para instalar la escalera de emergencia exterior no ha sido fácil. Ha habido que modificar la normativa urbanística de Alcúdia incrementando el volumen de construcción previsto en la instalación.
Tanto el albergue como el campamento están situados en un Área Natural de Especial Interés (ANEI) de alto valor paisajístico por lo que Medi Ambient ha supervisado todos los cambios normativos para evitar que pudieran amparar el desarrollo de urbanizaciones privadas que limitan con la finca pública.