El campamento de La Victòria recibió este martes a sus primeros participantes de este verano, un total de 120 niños de 8 y 9 años que protagonizan una temporada totalmente atípica, marcada por medidas de higiene y seguridad en prevención del contagio de la COVID-19.
La situación de pandemia no ha provocado una caída notable en la demanda de plazas de estos campamentos organizados por la Direcció de Joventut i Participació del Consell y aún con las cancelaciones, hay lista de espera y se han quedado sin plaza más de un centenar de solicitudes.
Grupos reducidos
El conseller insular de Promoció Econòmica i Desenvolupament Local, Jaume Alzamora, y el director del área, Àlex Segura, visitaron ayer las instalaciones, que hasta hasta el 25 de julio recibirán a un total de 600 niños y jóvenes de entre 8 y 15 años. Estos estarán repartidos en 10 turnos de 60 participantes cada uno, y además las actividades se desarrollarán en grupos de 20 que no interactuarán entre ellos.
El campamento, además de ofecer una alternativa de ocio y socialización al aire libre saludable para todos, «tiene un componente social, en cada grupo hay cinco plazas para menores procedentes de los Servicios Sociales», explica Segura.
Este año, en el equipaje que llevan los chicos y chicas hasta La Victòria, la mascarilla es tan importante como el bañador o las chanclas, pues es obligatoria en actividades que no permiten guardar las distancias, como las manualidades. Y a la hora de dormir, solo lo harán dos o tres alumnos en cada tienda de campaña.
Las estancias tienen como hilo conductor este año el medioambiente. «A través de talleres y juegos, los niños y jóvenes profundizan en valores como respeto a la naturaleza, sostenibilidad, reducción de residuos y reciclaje», apunta Alzamora. La Victòria está en una zona de pinar y garriga, a 200 metros del mar, en un entorno privilegiado en el que disfrutarán del ocio, el deporte y el contacto con la naturaleza.