La polémica regresa a es Capdellà y vuelve a tener a la iglesia parroquial de Nostra Senyora del Carme como epicentro. Después de prácticamente cerrarse el templo al culto (no se celebran funerales y las misas reducidas al 1 de noviembre, 20 de enero y 16 de julio), alquilar el Bisbat las dependencias de la rectoría como vivienda privada y la conversión, por parte de los inquilinos, de la capilla del Santíssim en un trastero–coladuría; ahora estos han transformado la terraza situada sobre el tejado «en un chill out», denuncian vecinos de la localidad.
Igual que la conversión de la capilla del Santíssim en trastero–coladuría, denunciada por este diario el pasado mes de enero, causó profundo malestar entre la comunidad católica, la transformación de parte de la rectoría en «chill out» vuelve a encender los ánimos.
«En la iglesia de es Capdellà no se pueden hacer funerales, pero sí barbacoas en su terraza. Vergonzoso», lamenta un vecino. «Sin ser devoto, el trato que se dispensa a esta parroquia me parece inapropiado», asegura otro.