La figura del misionero mallorquín Junípero Serra, canonizado en 2015 por el Papa Francisco por la evangelización en el siglo XVIII del actual estado de California (EEUU), tampoco escapa a la deriva revisionista del movimiento Black Lives Matters. Tras el destierro del Capitolio de Whashington de las imágenes de personalidades de los estados confederados, el derribo de sus estatuas en las plaza públicas del sur y la destrucción de esculturas de Cristóbal Colón, ahora la turba iconoclasta quiere hacer lo propio con la efigie del santo mallorquín. Una polémica que se repite cada cierto tiempo.
El próximo sábado, activistas radicados en la ciudad californiana de Ventura han convocado a las masas a concentrarse frente al ayuntamiento de la ciudad (de aproximadamente 110.000 habitantes) para exigir «de forma pacífica», la retirada de la estatua de Serra que, desde hace décadas, se erige frente al city hall. Los convocantes de la concentración aseguran contar con el apoyo del consejo de la reserva india Chumash.
«Es muy bonito ver caer todas esas estatuas confederadas en el sur y el este de los EEUU, pero aquí, en el oeste, tenemos nuestra propia tradición de celebrar a los colonizadores. Ventura, derriba a esta perra (en referencia al santo) y construye un monumento para honrar a los indígenas locales Chumash», proclaman los convocantes de la movilización.
La noticia de este tipo de revueltas convocadas contra la figura de Juníper Serra causan estupor en Petra, pueblo natal del evangelista. Y muy especialmente en el seno de la Associació d'Amics de Fra Juníper Serra, así como entre la orden franciscana. En declaraciones a Ultima Hora, Fray Carlos Enrique Díaz Urbina (Chiapas, 1978), uno de los tres frailes mejicanos que en 2019 reabrieron el convento de Petra, tilda de «preocupante» el movimiento revisionista, basado en la «irascibilidad y la visceralidad», que se extiende por EEUU.
«Juzgar a una figura histórica con los parámetros de hoy es injusto. Hay que ponerse en el momento del siglo XVIII y en el trabajo que se hizo en pos de un bien mayor. Hacer juicios históricos basado en la ‘leyenda negra' es poco riguroso. Juníper Serra no sólo evangelizó California, sino que también trajo hasta allí la civilización occidental. Su estatua frente al ayuntamiento de Ventura no determina un hecho de injusticia en el hoy, sino un hecho histórico del pasado y que puede servirnos para recordar lo que debe volver a suceder. De lo contrario, las futuras generaciones no tendrán parámetros para distinguir lo bueno de los malo», sostiene Díaz Urbina.
«Serra no admitiría la muerte de Floyd»
La vicepresidenta de la Associació d'Amics de Fra Juníper Serra, Catalina Font, recuerda que el santo «actuó como intermediario y pacificador, evitando una masacre bélica, cuando los nativos incendiaron la misión de San Diego. Siempre tuvo sumo respeto a los nativos, a sus costumbres y su vida.
En cada misión que fundaba, aprendía la lengua nativa». Asimismo, considera que «hay que conocer bien la historia, científicamente» y que «Serra nunca habría admitido el asesinato de G. Floyd».