Casi medio centenar de personas se han juntado este vienes en la rotonda principal de acceso a la urbanización de Maioris, en Llucmajor, para denunciar la gestión de la crisis de la COVID-19 que ha llevado a cabo el Gobierno central, que preside Pedro Sánchez.
Una de las convocantes, Juana Fuster, ha explicado que «esperábamos más gente porque muchas personas se quejan de las medidas que se han tomado, pero los ciudadanos están acobardados».
Fuster ha añadido que «nos sentimos abandonados por el Gobierno central» y ha lamentado que «el Parlamento parezca un campo de minas», haciendo referencia a las disputas que se han vivido esta semana entre el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y representantes de Vox y del PP.
Jorge Campos han participado en la marcha.
Aunque los impulsores de la concentración de este viernes en Maioris han dejado claro que se trataba de un acto «apolítico», a la cacerolada asistió el presidente y diputado de Vox, Jorge Campos, que ha participado cacerola en mano.