Dejen a un lado los prejuicios y todo lo aprendido hasta el momento. En la «nueva normalidad» a la que nos conduce la pandemia de coronavirus el tamaño sí importa.
Los municipios con menos de 5.000 habitantes iniciaron este sábado la desescalada sin las sujeciones que obligan al resto de ciudadanos de España a ceñirse a las estrictas franjas horarias establecidas por la orden ministerial publicada este jueves en el BOE con el objetivo de evitar aglomeraciones y reducir el contacto con los más vulnerables (mayores de 70 años).
En el caso de Mallorca escapan a los controles horarios Búger, Campanet, Consell, Costitx, Escorca, Lloret, Llubí, Mancor, Maria de la Salut, Santa Eugènia, Selva, Sencelles, Sineu, Ariany, Banyalbufar, Deià, Estellencs, Fornalutx, Montuïri, Petra, Puigpunyent, Sant Joan, Valldemossa y Vilafranca.
Los xeremiers hicieron un pasacalles por la Fira del Jai en Búger.
A la lista se sumó en el último momento Bunyola que supera los 6.000 habitantes de los que 2.100 viven en la Entitat Local de Palmanyola, un ente de ámbito territorial inferior que queda amparado por el decreto.
El texto de la orden ministerial trae de cabeza a los juristas. Ante la duda otros núcleos menores de municipios de más de 5.000 habitantes (es el caso de la Cala Sant Vicenç en Pollença o de la Alquería Blanca en Santanyí) tuvieron que ceñirse este sábado a los horarios diferenciados por edades.
Vecinos de Petra, este sábado aguardando su turno para comprar.
El presidente en funciones de los vecinos de Cala Sant Vicenç, Xisco Mas, compartía este sábado una imagen captada a primera hora de la mañana en plena zona turística que lo decía todo. «Hay más cabras que vecinos en la calle», sentenció.
Lo cierto es que en ninguno de los municipios exentos de cumplir con las franjas horarias se notó un aumento importante en el trasiego de personas, pese a la posibilidad de hacer deporte y dar paseos entre las 6 y las 23 horas con independencia del grupo de edad.
Solo los expertos sabrán analizar si efectivamente no hubo aglomeraciones pese a las exenciones o precisamente por la existencia de estas que en los pueblos y ciudades de mayor tamaño obligan a coincidir en una misma franja horaria a la población más numerosa, comprendida entre los 14 y los 70 años.
En Vilafranca algunos ciclistas.
El azar quiso que este sábado tres de los municipios que disfrutan de cierta relajación, Selva, Sineu y Búger, celebran cada primer fin de semana de mayo sus tradicionales ferias de Sa creu, de Maig y del Jai.
En Búger, los xeremiers hicieron un pasacalles guardando la distancia social. En Sineu y Selva, optan este fin de semana por convertir sus ferias en virtuales aprovechando canales como Youtube o Instagram.
Runners y senderistas se tiraron al campo mientras que las cabras de Sant Vicenç vigilaban la urbanidad.
El puerto de la Calobra (Escorca) presentaba este sábado una imagen idílica.