La Comissió de Medi Ambient ha dado luz verde al proyecto de demolición de los grupos 1 y 2 de la central eléctrica de es Murterar de Alcúdia que permanecen inactivos desde principios de año en cumplimiento del pacto hacia la transición energética que prevé sustituir progresivamente las centrales eléctricas de carbón por energías renovables.
El cierre de dos de los grupos de es Murterar provocó a principios de año un efecto en cadena en una treintena de empresas contratistas y la destrucción de al menos 80 puestos de trabajo, buena parte de ellos de residentes de la comarca. La eléctrica anuncia ahora que dará prioridad a esas mismas empresas para que trabajen en las obras de derribo que tendrán un coste de 7,5 millones de euros y durarán tres años.
Los planes de demolición sobre los que ya se ha pronunciado Medi Ambient afectarán a una superficie de 22.000 metros cuadrados situados en el centro de la parcela industrial de la central, junto al polígono de Ca na Loreta y situada a solo unos metros del Parc Natural de s'Albufera.
La eléctrica trabaja ahora en la fase preliminar del estudio del proyecto de detalle con la idea de que las obras arranquen antes de finalizar 2020 y concluyan el 31 de diciembre de 2023.
Planes de futuro
Magdalena Frau, responsable de Comunicación y Relaciones Externas de Endesa, confirmó ayer el compromiso de la eléctrica en formar a su personal propio y ajeno (las antiguas contratistas) para trabajar en la demolición y posterior construcción y gestión de parques fotovoltaicos.
No obstante, el vacío que dejarán los dos grupos inactivos de es Murterar no se ocupará mientras el resto de la central siga operativa.
Magdalena Frau explica que las obras de demolición consistirán básicamente en la eliminación de las calderas, tanques y silos, así como en la retirada de los equipos, residuos y escombros además de la reestructuración del suelo.
«Tal y como hacemos en todos los proyectos de desmantelamiento y construcción contemplamos la creación de trabajo y formación en la comunidad. Creemos que esta inversión de 7,5 millones de euros representa un esfuerzo importante para reactivar la economía en la salida de la emergencia sanitaria», dice Frau.
La empresa garantizó que el cierre de los grupos 1 y 2 de la central de Alcúdia no implicaría despidos del personal propio, si bien parte de la plantilla ha sido trasladada (algunos a la Península) con el objetivo de alcanzar la cifra óptima de 80 trabajadores que la eléctrica considera necesarios para que es Murterar pueda suministrar energía de forma inmediata a la Isla en caso de emergencia. La pérdida de empleo sí ha castigado a empresas externas y autónomos.
La alcaldesa de Alcúdia, Bàrbara Rebassa, mostró este jueves su «satisfacción ante el compromiso de que las obras de demolición y el desarrollo de futuros proyectos de renovables de Endesa ofrezca una salida a una parte de las familias de la comarca que trabajaban para empresas subcontratadas y que viven situaciones dramáticas desde que se cerraron los grupos, y especialmente en estos tiempos que corren», aseguró.