Las labores de desinfección que se están realizando en Pollença dentro de los planes de contingencia de la pandemia de COVID-19 han acarreado algunos estropicios en la escalinata que sube al Calvari, uno de los enclaves de mayor significado para los pollencins.
Algunos vecinos criticaron este martes que algunos de los vehículos agrícolas que participan en estos trabajos de desinfección, durante la ronda bajó la escalinata del Calvari y dañó varios escalones con el peso de sus grandes ruedas y del tanque cargado de solución desinfectante. En un debate que se extendió por las redes sociales, otros vecinos consideraron que las desinfecciones que se realizan para luchar contra la propagación del coronavirus tienen mayor importancia que los daños que se puedan causar de manera puntual sobre este elemento patrimonial.
El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre Ochogavía, quitó importancia a lo ocurrido. «Unos jóvenes que ayudan en la desinfección bajaron por la escalera y se han roto algunos adoquines; no es nada de gravedad, lo arreglaremos con los propios medios de mantenimiento que tiene el Ajuntament, no tiene mayor importancia».
La desinfección de calles y espacios públicos se realiza en Pollença, como en otros municipios de la Isla, con la colaboración de agricultores que prestan sus tractores dotados de instrumental para fumigar. La escalinata y todos los alrededores de esta ermita no han quedado fuera del plan de desinfección, al ser un lugar muy visitado.
Aunque no se ha especificado cuál es la función de estas desinfecciones en los espacios urbanos, estas forman parte de las recomendaciones realizadas por el Gobierno a los ayuntamientos.