La junta de seguridad de Manacor, que se celebró el pasado miércoles, acordó establecer medidas de seguridad para proteger tanto el entorno de Cala Varques como los visitantes. Durante la reunión entre el Ajuntament y representantes de los cuerpos de seguridad se analizó la situación que se vive verano tras verano y se buscaron soluciones para preservar la zona.
Con el fin de evitar que los coches estacionen en el arcén de la carretera, que une los núcleos de Porto Cristo con Portocolom, en la junta de seguridad se habló de instalar elementos disuasorios para evitar el estacionamiento irregular de los vehículos y poner fin al peligro que esta práctica comporta. Además, también se estudiará la manera de sancionar al quiosco que se monta en la playa sin ningún tipo de permiso por alteración del medio. Con estas propuestas, el Ajuntament de Manacor quiere minimizar al máximo la saturación de la playa virgen y poner fin a las prácticas ilegales.
El alcalde de Manacor, Miquel Oliver, ya dijo a principios de febrero que el objetivo era impedir que «se repita la situación de coches aparcados en la carretera ni que se habiliten zonas de aparcamiento ilegales en fincas privadas vigilados por gorrillas».
Y es que los problemas en el entorno de Cala Varques hace años que se repiten, al igual que la actividad ilegal que se desarrolla sobre la arena. Durante el mes de abril del año pasado, la Conselleria de Medi Ambient interpuso una multa de 100.000 euros al propietario del chiringuito y prohibió la reapertura de la instalación. Aún así, la actividad continuó durante el año pasado y la Fiscalía inició una investigación por un presunto delito de desobediencia por parte de la persona que explota el chiringuito en la playa.
La propiedad de la finca de Cala Varques también ha mostrado su malestar en múltiples ocasiones por el vandalismo y la saturación que padecen.