Una de las dos bóvedas que coronan el aljub de Santa Eugènia permanece vallada desde el pasado mes de junio debido a su deterioro y consecuente peligro de derrumbe. El Ajuntament no puede iniciar su rehabilitación porque forma parte de un conjunto patrimonial protegido como Bien de Interés Cultural (BIC) y se requiere colaboración del departamento de Patrimoni del Consell de Mallorca.
El aljub es uno de los elementos arquitectónicos más valiosos y visibles del municipio, y muy accesible para el público, pues está situado en el casco urbano, junto a la calle principal que atraviesa el pueblo en dirección Santa Maria o Sencelles. «Vallarlo fue una de las primeras actuaciones que hicimos, por precaución», señala el concejal de Mantenimiento, Joan Riutort, quien admite que las gestiones con el Consell para emprender estas obras están resultando más lentas de lo previsto.
Para emprender esta restauración, técnicos del Consell tienen que determinar los materiales permitidos, que deben ser adquiridos por el Ajuntament antes de que la institución insular encargue el trabajo a especialistas.
El aljub es un gran aljibe con cubierta empedrada, sobre la que se alzan dos bóvedas de marès y piedra. En épocas pasadas fue de vital importancia para abastecer de agua al pueblo.