La finca de los Tossals Verds, en Alaró, ha sido escenario este martes de la liberación de 88 ejemplares de «ferreret» (Alytes muletensis), el sapillo balear en peligro, provenientes del zoo de Barcelona, ha informado el Govern en un comunicado.
Es la quinta vez que se liberan ejemplares de esta especie endémica de Mallorca, que han sido criados previamente en las instalaciones del Zoo de Barcelona, fruto de la colaboración entre la Conselleria de Medio Ambiente y la instalación barcelonesa, clave en la reintroducción de la especie.
La colaboración entre el Servicio de Protección de Especies y el zoo ha permitido reintroducir, desde 2016, más de 220 ejemplares en la Serra de Tramuntana, una cifra que asciende hasta los 650 desde el inicio de la colaboración, en 1993. Actualmente hay «ferrerets» en 35 localidades, en 20 de las cuales no había.
El «ferreret», considerado especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), legalmente todavía está catalogado como especie en peligro de extinción. Los trabajos de conservación realizados con esta especie, han permitido que pase de estar catalogada «en peligro crítico» de extinción, a catalogarse como especie «vulnerable».
El Govern han elaborado dos planes de conservación de este sapillo, que han permitido varias actuaciones de conservación y reintroducción. El primero se aprobó en 1991 y el segundo, en 2007.
Se mantiene la situación favorable de la especie y la tendencia es positiva, pero que se tiene que continuar trabajando activamente en su recuperación, con la restauración y creación de puntos de cría, así como en la eliminación de depredadores, principalmente la serpiente de agua, según el Servicio de Protección de Especies.
Fue el Plan de 1991 el que puso en marcha el convenio de colaboración entre la Conselleria y el zoo de Barcelona, que tiene como objetivo extender la cría en cautividad del sapillo balear.
Los torrentes de montaña de Mallorca, aunque son estacionales en su caudal y suelen permanecer secos durante el verano, mantienen bajos y charcos en las gargantas que no se secan nunca, y es allí donde los renacuajos del ferreret, unos de los más grandes de la fauna europea, crecen y experimentan la metamorfosis.
En 2015, un estudio científico constató la erradicación de un hongo patógeno que afecta a los anfibios en el medio natural, y que amenazaba de extinción al «ferreret». El patógeno Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), que causa la quitridiomicosis que afecta a los anfibios, fue erradicado en Mallorca con tratamientos antifúngicos a los renacuajos y descontaminación del ambiente.