El grupo turístico Barceló ha recibido varias ofertas de inversores extranjeros para adquirir el hotel Formentor, así como todo el solar de su propiedad en esta privilegiada zona de Mallorca, que alcanza las 1.200 hectáreas, para convertirlo en un establecimiento de lujo y especializado en todos los servicios de talasoterapia (spa y tratamientos de revitalización). Desde Barceló indican que «hay varias ofertas, pero por cuestiones de confidencialidad no podemos hacer más comentarios».
Lo que sí ha trascendido es que uno de los compradores, de capital estadounidense y a través de un fondo norteamericano, ha hecho una oferta muy elevada, que supera con creces los 100 millones de euros.
Barceló compró en 2006 a la familia Buades y a la Fundación Costa y Llobera todo el complejo, solar y hotel, por 70 millones de euros. Desde entonces la gestión del establecimiento mejoró sus niveles de ocupación, pero no pudo conseguir el objetivo de poder desestacionalizar. El hotel, a plena ocupación en los meses de verano, pero cierra desde finales de octubre hasta principios de abril por la nula demanda en los mercados emisores.
Un nuevo producto
Los inversores que se han interesado por el hotel Formentor quieren diversificar su actividad y comercializarlo, tras las reformas y rehabilitaciones oportunas, en un centro internacional para realizar todo tipo de tratamientos corporales y de spa. Con esta nueva oferta sí que se podrá desestacionalizar el hotel y propiciar que haya más creación de empleo de calidad.
El hotel cuenta con 127 habitaciones, pero menos de la mitad no tienen vistas al mar. Esta circunstancia es la que quieren cambiar los inversores, tras los oportunos permisos municipales para mejorar el inmueble y la oferta de servicios.
El bosque que lo rodea y las amplias vistas al mar son sus principales señas de identidad desde su inauguración en 1929, cuyo diseño corrió a cargo de Adán Diehl. El establecimiento tuvo diversos propietarios, hasta que en 1954 fue adquirido por Miguel Francisco Buades.
La operación financiera actual depende de una decisión personal del copresidente del grupo, Simón Pedro Barceló, ya que fue él el que apostó en su día por comprar el hotel Formentor con motivo del 75 aniversario del grupo Barceló. Asimismo, ello sirvió para paliar las críticas de parte de la sociedad mallorquina de que solo invertían en el Caribe.