La depuradora de Sóller vertió varias toneladas de residuos fecales en las parcelas anexas, hecho que provocó la indignación de los propietarios de los solares afectados.
En algunas zonas, la altura alcanzada por los excrementos superó los treinta centímetros y la superficie total cubierta por el vertido ronda los 2.500 metros cuadrados.
Se da la circunstancia de que entre las zonas inundadas por estas aguas fecales se encuentra un invernadero, cuyos cultivos quedaron totalmente arrasados.
Los propietarios de las fincas explicaron que este problema viene ocurriendo periódicamente, aunque «nunca había alcanzado este volumen ni había afectado a una superficie tan extensa».
Según explicaron los damnificados, existen varios emisarios que conectan la depuradora, que tiene unos 25 años de antigüedad, con las parcelas. Estas tuberías deberían servir para evacuar el agua de la lluvia y evitar el encharcamiento de los huertos, aunque «cuando llueve mucho» actúan de forma inversa y vierten el agua de la depuradora a las fincas porque la planta de limpieza de aguas está más elevada que los solares destinados a la agricultura.
El problema en esta ocasión consiste en que lo que ha entrado en los huertos no ha sido agua pluvial sino los restos fecales tal y como llegan a la depuradora. «Aparte del mal olor que desprende el vertido, entre los restos hay compresas y toallitas de higiene íntima», afirmaron este lunes los vecinos expresando su indignación por los hechos. También aseguraron que van a requerir al notario para que levante un acta que servirá posteriormente para denunciar los hechos que ya consideran «intolerables».
Otro de los puntos que preocupan a los propietarios es la posibilidad de que esta inundación haya afectado a los pozos de la zona que abastecen de agua para el regadío.
Por su parte, desde la Conselleria de Medio Ambiente, entidad responsable de la depuradora, aseguraron que sus técnicos han inspeccionado el terreno y que éstos han determinado que el vertido «sólo es de «agua depurada con un poco de barro», con lo que niegan la existencia de una inundación por restos fecales.
A esto añadieron que los vecinos «ya están acostumbrados» a este tipo de vertidos porque «ocurren con cierta frecuencia» y que siempre que se da el caso los operarios de la depuradora acuden a las fincas para limpiar y restablecer las parcelas a su situación natural.
Las reacciones municipales no se hicieron esperar. Así, el concejal del PI local, Jaume Bestard, expresó su preocupación por estos vertidos. Al lugar de los hechos también se trasladó el concejal del equipo de Gobierno Juan Ruiz acompañado de la Policía Local para tomar nota de lo sucedido.