«Tretze llànties que mai s'apagaran en la nostra memòria». Sant Llorenç celebró este miércoles con un sencillo y emotivo acto conmemorativo por el primer aniversario de la fatídica riada que ocurrió el 9 de octubre de 2018. El primer memorial de la torrentada empezó con una pieza musical de violín y piano que interpretaron Pep Vicenç y Néstor Zarzoso encima de un pequeño catafalco vestido de negro que se instaló en la plaza del Ajuntament. Como decoración sólo había 13 ramos de rosas blancas con un globo, uno por cada una de las víctimas.
La ceremonia de recuerdo, a la que asistieron unas 400 personas, estuvo presidida por los familiares de las víctimas, los máximos representantes políticos, miembros de los distintos cuerpos de emergencias y de seguridad y vecinos de la localidad, además de los alcaldes de los pueblos afectados Sant Llorenç, Manacor y Son Servera, Mateu Puigròs, Miquel Oliver y Natalia Troya, respectivamente. El alcalde Puigròs fue el encargado de leer el comunicado institucional del Consistorio mediante el que agradeció el trabajo que realizaron los voluntarios los días posteriores a la torrentada.
Después del minuto de silencio, la música volvió a sonar y dos niñas pequeñas vestidas de blanco cortaron los lazos que sujetaban los trece globos blancos a los ramos y los dejaron volar. Quizás fue el momento más emotivo y algunos asistentes, como la presidenta del Govern, Francina Armengol, no pudieron contener las lágrimas.
Junto a Armengol, también asistieron al acto de este miércoles el presidente del Parlament, Vicenç Thomàs, y la presidenta del Consell, Catalina Cladera, además de los consellers autonómicos e insulares. También estuvieron alcaldes y regidores de la comarca y el presidente nacional del PP, Pablo Casado, entre otros.
La presencia de los familiares de las víctimas, sin duda, fue la parte más emotiva del acto. Entre ellos se vio a David Robinson, padre del pequeño Arthur, y esposo de Joana Lliteras, que acudió acompañado por el resto de su familia. Entre los asistentes no faltaron los parientes de las víctimas de Sant Llorenç y también acudieron al memorial la familia holandesa que perdió a un ser en la riada, aunque Miquel Montoro y Miquel Galmés Gento consiguieron salvar a un matrimonio de esta misma familia holandesa, que este miércoles también estuvo presente en Sant Llorenç. El reencuentro entre el matrimonio y Gento fue muy afectivo. Después del acto, la iglesia de Sant Llorenç acogió una misa en recuerdo de las 13 víctimas, que presidió el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull.
El templo quedó pequeño y los primeros ocho bancos se reservaron a las familias de las víctimas. En los laterales se colocaron las autoridades y delante del altar se colocaron trece velas. Durante la homilía, Taltavull realzó el trabajo que llevaron a cabo los voluntarios de manera altruista durante los días posteriores a la tragedia y tuvo palabras de recuerdo para los fallecidos.
La iglesia de Son Carrió también acogió una misa por este primer aniversario.
Con estos actos, el pueblo de Sant Llorenç y el Llevant recordaron el primer año del fatídico día. Los vecinos llevan doce meses trabajando para recuperar su normalidad. Este jueves seguirán haciéndolo.