La prohibición de circular con vehículos privados a motor entre la playa y el faro de Formentor desde las 10 a las 19 horas finaliza este domingo 15 de septiembre. Concluye así una campaña iniciada el 15 de junio que ha estado marcada por la falta de vigilancia.
Los lectores de matrículas que debían controlar que los vehículos no autorizados no circularan por la vía y sancionar a los infractores no llegaron a la carretera de Formentor hasta el pasado 23 de agosto. Sí que ha habido informadores en el acceso desde la playa, informadores que no tienen la capacidad de multar.
Es más, el Consell había retirado hace meses los contadores de vehículos que instaló en 2018 en previsión de que el sistema de la Dirección General de Tráfico (DGT) permitiera un recuento eficiente. Así, el incumplimiento de los plazos no solo ha impedido un control efectivo y la imposición sistemática de multas a los infractores, sino que además las administraciones no disponen de un recuento real de vehículos que permita valorar objetivamente si el plan piloto de restricciones (iniciado en 2018 y que esta temporada se ha extendido 30 días más) ha supuesto una reducción, o no, del tráfico en la zona.
El nuevo alcalde de Pollença, Tomeu Cifre Ochogavía (Tots), denuncia la «falta de control» y asegura que el problema de saturación que, antes del inicio de las restricciones se daba en el Moll, ahora se ha trasladado a las playas de Formentor, Cala Figuera y Cala Murta, por lo que planteará al resto de administraciones (DGT, Consell y Govern) la «necesidad» de habilitar nuevos aparcamientos en estas playas. Actualmente solo existe un aparcamiento de pago en la playa de Formentor (lo gestiona el hotel) y no hay una alternativa pública. «Si se ha hecho en sa Ràpita no sé porqué no se puede hacer aquí aunque se trate de Àreas Naturales de Especial Interés», dice Cifre Ochogavía.
El alcalde asegura que «muchas personas entran en la carretera hacia Cala Figuera o Cala Murta antes de las 10 para pasar el día y aparcan sobre la carretera».
Cabe recordar que el pasado mes de julio el GOB denunció ante Medi Ambient el funcionamiento «irregular» de un segundo aparcamiento en una zona protegida de la playa de Formentor que los operarios abrían cuando se llenaba el párking que gestiona el hotel. Acompañaba la denuncia una serie de imágenes que no dejaban ninguna duda, pero los inspectores de Medi Ambient que se han desplazado desde entonces tres veces a la zona para comprobar los hechos no han conseguido pillar ‘in fraganti' a los presuntos infractores, de modo que la temporada se cierra sin que se haya abierto expediente sancionador contra el hotel. El aparcamiento de pago ha disparado su actividad desde que se implantaron las primeras restricciones hace un año, pese a que también hay un bus lanzadera público que parte del Moll.