El Ajuntament de Manacor trasladará los más de 200 restos humanos hallados en tres almacenes del cementerio de Son Coletes al osario municipal.
Esta es la medida que se tomará después de que las autoridades judiciales hayan resuelto que los tres almacenes se han utilizado como osarios durante décadas e instan, ahora, al Consistorio a regularizar la situación de los restos humanos, que pasa por trasladarlos al único osario municipal y sacarlos de las tres salas en las que han estado depositados durante casi 40 años.
El juzgado encargado de la investigación tras la aparición de más de 200 restos humanos sin sepultar en el cementerio de Manacor ha resuelto así el escándalo que salió a la luz pública el pasado 22 de agosto después de que se conociera que dos regidores del actual equipo de gobierno hallaron los huesos el pasado 1 de agosto durante una visita rutinaria al campo santo.
Tras el descubrimiento, los políticos dieron aviso a la Policía Nacional, a la Policía Local y a la Justicia, que requirió información sobre lo ocurrido. Tras el estudio del expediente abierto en el año 1997 (ya se inició una investigación sobre los restos sin sepultar que se cerró un año después) y la información facilitada por los antiguos responsables del cementerio, las autoridades judiciales han dictaminado que las salas funcionaban como osarios sin serlo. De hecho, el antiguo enterrador así lo entendía. Ahora se debe poner fin a esta situación.
El alcalde Miquel Oliver apunta a que «los restos de los huesos se deben trasladar al sitio que les corresponde que, técnicamente, es el osario». Por su parte, el regidor de Cementeri, Carles Grimalt, indica que los huesos no se pueden dejar en los almacenes porque «no es ni ético ni legal y entiendo que se deben trasladar al osario». Además, Grimalt recuerda que la técnica municipal «revisa todos los documentos sobre este caso, aunque no es una tarea fácil porque ha habido 40 años de dejadez».
El hallazgo de más de 200 restos humanos sin sepultar en tres almacenes del cementerio municipal causó un gran impacto social en la ciudad de Manacor. Según fuentes próximas a la investigación, los restos corresponderían a personas fallecidas entre los años 60 y 70 cuyos huesos se almacenaron en estas tres salas durante unas obras de reforma del campo santo, que se ejecutaron en el año 1982. Los huesos nunca se devolvieron a sus nichos.
De hecho, en el año 1997 ya se descubrió un depósito ilegal que fue precintado por Sanitat. Por aquel entonces, el descubrimiento fue totalmente casual, igual que ahora, y se halló un depósito con quince cadáveres, más de sesenta cajas con restos humanos y una docena de ataúdes con sus respectivos cadáveres. La alerta la dieron unos familiares y declinaron denunciar el caso porque, según indicaron hace 22 años a este periódico, ya que el enterrador les había dicho que era una práctica habitual. Una práctica a la que no se ha dado solución hasta ahora.