«Nos vamos, aquí no hay quien esté». Con estas palabras y un gesto de arrugar la nariz se despedían este miércoles un grupo de pescadores de caña en una zona de acantilados situada bajo la urbanización de sa Mola (Port d'Andratx), tras constatar lo que para otros vecinos de la zona es un escándalo indignante que ya ha dado el salto a las redes sociales: el vertido habitual de aguas residuales al mar. Justo delante del islote de s'Aguilot.
Alertado por el testimonio de varios vecinos, este diario pudo comprobar este miércoles in situ como, de unas tuberías ubicadas bajo una zona residencial situada al final de la calle Ullastre, justo en el linde con el dominio público marítimo–terrestre, eran vertidas aguas sucias que, bajando por el roquedal se precipitaban hasta el mar por el acantilado. El constante paso del agua vertida ha provocado que una considerable cantidad de ella se haya quedado estancada en los diferentes cocons, formándose a su vez espesas capas de limo. Incluso en el punto donde el vertido se precipita al mar (en el acantilado situado frente al islote de s'Aguilot), ya cuelga el limo verde, así como otras marcas evidentes del paso de agua sucia.
Los vecinos de la zona, así como los residentes andritxols que pasean por la misma, exigen al Ajuntament de la localidad que investigue el origen y procedencia de los fluidos y actúe en consecuencia, puesto que no se trata de un caso aislado, sino que se resulta ser un fenómeno constante, cuyo caudal aumenta tras jornadas de intensas precipitaciones como las registradas durante la semana pasada. Asimismo, también demandan conocer de qué tipo de vertido concreto se trata.
El problema de los vertidos al mar no es una novedad en la zona del Port d'Andratx. Son constantes las fugas de aguas fecales, por ejemplo, en la playita situada frente al hotel Brismar. La obsolescencia de las tuberías y la alta presión a la que son sometidas, sobre todo durante el verano, provocan su rotura y el fluido de agua sucia al mar.
Rastro verde y blanco
Desde la salida del agua de las tuberías hasta que se precipita al mar por el acantilado situado frente al islote de s'Aguilot ésta deja un rastro blanquecino en las rocas, así como limos verdes el fluido que no llega al mar y queda estancado en los diferentes ‘cocons'.